De JBL ya hemos visto todo tipo de auriculares y dispositivos de sonido, pero siempre enfocados hacia un publico que buscada disfrutar de la música, sin meterse en campos más específicos. Sin embargo la marca no ha podido dejar de lado uno de los mercados con más potencial y que más dinero mueve, hablamos como no del mercado gaming. En un terreno donde la competencia es feroz y donde las marcas especializadas copan el mercado, JBL se adentra con su gama Quantum, cuyo máximo exponente es el JBL Quantum One que hemos estado probando y del cual hoy os traemos nuestro análisis.

JBL Quantum, espíritu gaming «a la vieja usanza»
JBL ha llegado al mundo gamer y lo hace con un dispositivo que desde luego no pasa desapercibido y que sigue la línea de diseño que aunque hace tiempo era la tónica habitual, ahora es casi una rareza. Los últimos auriculares gaming que hemos probado, tanto de Corsair, Razer, HyperX o Turtle Beach, guardan una cosa en común y es que todos ellos han apostado por diseños cada vez menos agresivos y más estilizados. JBL por contra se ha desmarcado y ha mantenido ese diseño extremadamente llamativo, destacando por contar con muchas zonas de iluminación, que hasta hace no mucho era lo habitual.
Como siempre comenzaremos nuestro análisis con el unboxing del JBL Quantum One, detallando cada componente y pieza con los que contamos en su caja.

Solo con ver la caja donde nos llegan los auriculares, ya vemos por donde va la propuesta de JBL. Este envoltorio destaca por su colorido, haciendo uso de una de las combinaciones más usadas en el cine de acción como es el contraste entre azul y naranja. La intención es claramente la de ofrecer un producto agresivo, que llame la atención desde el primer momento y que haga destacar la imagen de los auriculares con unas copas llenas zonas con iluminación.
En el frontal JBL nos da un repaso a sus principales características, destacan el sonido envolvente Quantum Sphere 360, la cancelación activa de ruido, soporte para sonido DTS Headphone X: v2.0 y la amplia conectividad de dispositivos donde podremos usarlos. En la parte trasera vemos estas especificaciones, pero más en detalle.
La caja se abre desplegando un lamina interior donde se muestra un poco mas a fondo el sistema JBL Quantum Sphere 360, además de mostrar el software Quantum Engine, el cual nos permite configurar los auriculares cuando los conectamos al PC. Desde luego no nos podemos quejar de que no nos ofrecen información antes siquiera de tener los auriculares en la mano.

Dentro dela caja encontramos una base de plástico de color negro con las distintas piezas que componen el equipo, todo ello a su vez protegidos por una tapa de plástico transparente. Cuando sacamos todo nos encontramos con las habituales guías y garantías, los auriculares, un cable de audio de 3.5mm, un micrófono de calibración, el micrófono desmontable de patrón de captación unidireccional con filtro pop y un cable USB C a USB a con una pieza casi circular a media altura que es un dial de ajuste.

Diseño y controles
En el diseño del JBL Quantum One no encontramos metal, si no que todo se ha construido en policarbonato. A pesar de ello lo cierto es que desprende la impresión de calidad y resistencia, algo que también se puede achacar a sus grandes dimensiones que le dan un aspecto de «mazacote».
Curiosamente y a pesar de lo aparatoso que se ve, lo cierto es que son cómodos hasta el punto de poder calificarlos como extremadamente cómodos. Esto se ha logrado con una diadema en cuyo interior tenemos un acolchado con un patrón que hace sobresalir tres zonas, las cuales son las que se deforman y amortiguan el apoyo de la diadema. Junto con ello las copas se pueden girar 90 grados, lo que además de permitir que los apoyemos en el pecho cuando no los usemos, permite un giro que se adapta a nuestra anatomía. Por supuesto también tenemos la opción de expandir el arco tirando de cada copa hasta encontrar el diámetro que nos sea más cómodo.

Una parte fundamental de la comodidad de los JBL Quantum One se debe al uso de almohadillas de espuma viscoelástica, que con un diseño ovalado cubren a la perfección nuestras orejas, al tiempo que su piel sintética oculta un acolchado con memoria que es de lo mejor que hemos visto en el sector. Si presionamos la almohadilla vemos como esta mantiene la forma durante unos instantes, lo que hace que cuando se ajuste a nosotros mantenga la forma, logrando una comodidad destacable.
Bajo estas almohadillas tenemos unos drives de neodimio de 50 mm con una respuesta de frecuencia que va desde los 20 Hz hasta los 40 kHz, una impedancia de 32 ohmios y una sensibilidad de 95 dB a 1 kHz.
La parte exterior de cada copa simplemente o te encanta o la detestas. Tres zonas de iluminación RGB, cada una de ellas pudiendo lucir un color distinto, hacen que el JBL Quantum One sea todo lo contrario que vemos en la actualidad en el sector. Personalmente me ha parecido algo excesivo, por lo que he optado por un mismo color con distintos efectos para «suavizar» su aspecto.

En lo que a controles se refiere la cierto es que no es lo mejor que tienen estos auriculares, con demasiados botones y todos ellos en la misma copa Lo cierto es que si hubieran separado los botones e incorporado alguno en la copa derecha hubiera sido más cómodo de manejar.
Si miramos el lateral de la copa izquierda del JBL Quantum One vemos de abajo hacia arriba una autentica colección de led, puertos, botones y rueda de volumen. Comenzamos con un LED que nos indica si el micro está mutado, a continuación tenemos un doble conector de audio tipo jack. Aquí apuntar que si usamos el micrófono extraíble usaremos los dos, y solo uno si estamos usando el micrófono de calibración. A continuación tenemos el puerto USB C y su correspondiente LED de estado, un botón para mutar el micrófono, la rueda de volumen, el botón de centrado para el seguimiento de la cabeza que usaremos con el sistema Quantum SPHERE 360, luego un botón para activar la cancelación de ruido o la función TalkThru y su correspondiente LED. El apelotonar todo en un mismo lugar hace que no la experiencia no sea la más cómoda y mucho menos si pretendemos cambiar algo mientras jugamos.
Conexión por USB o Jack 3.5 mm
En lo que a conexión se refiere los JBL Quantum One requieren de cable para su uso, aunque eso sí, podemos hacerlo mediante cable con conexión jack 3.5mm o mediante USB, lo que le hace compatible con casi cualquier dispositivo. Mediante conexión jack de 3.5mm su respuesta es muy buena, pudiendo usarla con cualquier dispositivo compatible con este tipo de conexión. Sin embargo esto nos priva de sus principales características de audio, además de la iluminación RGB. Por contra tenemos la conexión USB C (auriculares) a USB A (PC), que no solo nos permite contar con la iluminación RGB, si no que da acceso a usar el software Quantum Engine y todas las opciones de sonido, incluyendo el sonido espacial y con posicionamiento de la cabeza.
JBL ha escogido un peculiar sistema para indicarnos que parte del cable va al auricular y cual al dispositivo del que provenga el sonido. El extremo con acabado en naranja va al PC o cualquier equipo emisor, mientras que el extremo negro va al auricular. Además tanto el cable jack como el USB cuentan con un pequeño hub en medio. En el primer caso permite mutar el micro y subir o bajar el volumen, mientras que en el segundo caso tenemos un dial que permite equilibrar el sonido entre el juego y el chat.
JBL Quantum Engine: un software prometedor
A una marca que recién se adentra en el mundo gaming se le podría perdonar que no contará con un software maduro, pero lo cierto es que JBL cuenta con un excelente programa con Quantum Engine. Este nos permite configurar la iluminación RGB tan llamativa del JBL Quantum One, configurar el sonido del micrófono y por supuesto calibrar y configurar el sonido espacial.
Sin duda el modo más llamativo de sonido del JBL Quantum One es el llamado Quantum Sphere 360, el cual solo está disponible con PC. Este usa los datos de un giroscopio para conocer nuestra posición y movimientos, gracias a lo que nos permite escuchar el sonido de forma envolvente y según la posición de nuestra cabeza. Es decir que si estamos viendo de frente la pantalla del ordenador y movemos la cabeza, el sonido nos llegará desde la zona donde este la pantalla. Por ejemplo, si giramos la cabeza hacia la derecha escucharemos el sonido como si nos llegará desde la izquierda, si nos levantamos el sonido se escuchará más «desde abajo», etc.

Calibrar el sonido Quantum Sphere 360 es más simple de lo que parece ya que el propio programa nos va guiando. Lo primero que nos pide es que le indiquemos nuestra altura y el diámetro de nuestra cabeza, procediendo luego a indicarnos como usar el sistema de calibrado con el micrófono que para tal uso incluye el paquete. Este se conecta al micrófono de los auriculares, teniendo en el extremo un cono de silicona que nos deberemos colocar el el oído y sobre este el propio auricular. La intención es que el micrófono «escuche» el mismo sonido que nosotros y así pueda calibrar como este nos llega para ofrecer la mejor experiencia.
He de reconocer que este software ha sido toda una sorpresa, muy intuitivo, fácil de usar y con excelentes detalles como el que la animación de los cascos gire si movemos los cascos mientras lo configuramos. JBL ha hecho un excelente trabajo en este apartado.
Experiencia de uso
Bueno ya conocemos el JBL Quantum One, con que dispositivos podremos usarlo, que nos ofrece cada tipo de conexión y como es el software con el que sacaremos lo mejor de él. Ahora queda por saber que hay en su interior y como es la experiencia de uso, algo para lo que primero deberemos conocer sus especificaciones al completo.
JBL Quantum One: especificaciones
- Peso: 369 gramos
- Diseño circumaural con almohadilla de espuma viscoelástica
- Driver dinámico de neodimio de 50 mm
- Micrófono desmontable con patrón de captación unidireccional
- Respuesta de frecuencia: 20 Hz – 40 kHz
- Respuesta de frecuencia del micrófono: 100 Hz – 10 kHz
- Entrada de potencia máxima: 20 mW
- Sensibilidad: 95 dB a 1 kHz, 1 mW
- SPL máxima: 97 dB
- Sensibilidad del micrófono: -41 dBV a 1 kHz dB/Pa
- Impedancia: 32 ohmios
- Sonido envolvente JBL Quantum SPHERE 360 con seguimiento de cabeza, Windows Spatial Sound, Quantum Surround, DTS 2.0 y Cancelación activa del ruido para gaming
- Conexión por USB C a USB A y por cable de audio de 3,5 mm
- Ajuste de juego Chat mediante dial
- Iluminación RGB
En lo que a su diseño se refiere y dejando de lado la parte estética, los JBL Quantum One permite un ajuste perfecto al contar no solo con opciones de ajuste del diamétro, si no también con unas copas que giran para amoldarse a cada usuario. Eso unido a unas amplias almohadillas y acolchado en la base de la diadema hacen que estemos ante unos auriculares realmente cómodos de llevar. Por contra al no contar con sistema de refrigeración, ni activa ni pasiva, no son los mejores gestionando la temperatura y en los días calurosos eso se nota.
El micrófono extraíble cuenta con una varilla demasiado rígida, que ofrece poca movilidad, aunque en mi caso se situaba a una altura correcta para su uso.

Tal y como esperábamos de JBL el sonido es una de las mejores cualidades de este dispositivo aunque sin llegar a niveles de dispositivos más enfocados a la música. En este caso para un solo gaming la calidad es destacable, no solo en cuanto a calidad del mismo y potencia, si no que con la tecnología Sphere 360 logramos unos resultados realmente sorprendentes a nivel de posicionamiento. La experiencia envolvente es realmente buena y útil a la hora de jugar y posicionar desde donde nos viene los ruidos en el juego, algo que en muchos de ellos es una clara ventaja sobre el resto de jugadores. Por contra el sonido posicional, es decir que siga los movimientos de nuestra cabeza, si bien ofrece una respuesta precisa lo cierto es que a la hora de jugar no sacamos todo el provecho al mismo, ya que por norma no solemos girar la cabeza para jugar a menos que tengamos varios monitores.
Junto con el sonido JBL destaca de estos auriculares la cancelación de ruido, la cual si bien se aprecia no lo hace tanto como nos esperábamos. Es decir, se nota pero no llega a aislarnos del entorno y estamos en un entorno ruidoso, por ejemplo con alguien viendo la televisión en la misma habitación, el ruido se sigue percibiendo aunque lo hagamos de forma atenuada.
En lo que respeta al micrófono, punto fundamental en juegos en grupo, permite una buena comunicación, logrando disminuir los sonidos involuntarios como el propio respirar y otros que nos envuelvan. Nuestros compañeros nos escuchan con claridad de potencia, aunque como ya hemos indicado el sistema de ajuste con una varilla excesivamente rígida del micrófono es un punto que deben mejorar.
Conclusiones y opinión
JBL incursiona en el mercado gaming con la confianza que da la experiencia en ser una de las empresas con mejores equipos de sonido. El resultado es un dispositivo al que se le puede poner pocas pegas en lo que a sonido se refiere, aunque si es cierto que nos ha decepcionado un poco en lo que a la cancelación de ruido se refiere. Por otro lado su diseño parece es algo «excesivo», cuando el mercado tiende a ser algo más discreto va JBL y se descuelga en un desenfreno de colores que por suerte podemos rebajar vía software.

Los JBL Quantum One están disponibles con un precio de 249.99€, que si tenemos en cuenta que hablamos de unos auriculares por cable, se hace muy caro y difícil de justificar si lo comparamos con lo que hay en el mercado. Por contra tenemos uno buen sistema de sonido y con posicionamiento incluido, aunque dado que solemos jugar mirando la pantalla para no morir a las pocas de cambio, lo cierto es que su utilidad es más limitada. Eso sí, si eres streamer y tienes que andar girando la cabeza para ver en una pantalla tu canal de twitch y en otra el juego, entonces estos auriculares están hechos para ti.
En general podemos decir que estamos ante una muy buena introducción al mercado gaming por parte de JBL, pero a un precio que le pone difícil competir en un campo con tantas opciones.