Tal y como se esperaba el veto de Estados Unidos a Huawei podría tener sus horas contadas. En la cumbre del G20 se celebró una reunión entre el Presidente norteamericano, Donald Trump, y el lider chino, Xi Jinping. Este era el momento donde realmente se vería si las acusaciones de «seguridad» contra la empresa china eran el motivo del bloqueo, o si todo era una maniobra de presión en una «guerra comercial encubierta».
Tras esta reunión Donald Trump anunció, según confirman desde Bloomberg, que las negociaciones comerciales entre las dos potencias van por buen camino, y que fruto de ello anunció que «Las compañías estadounidenses pueden vender sus equipos a Huawei», si bien matizo, «Estamos hablando de equipos donde no hay un gran problema de seguridad nacional».
Un desbloqueo bajo condicionantes
Hay que tener una cosa clara, y es que aún no estamos hablando de que se haya acabado la historia. Trump deja pendiente la decisión final de retirar a Huawei de la lista negra al avance de las negociaciones: «Estamos dejando a Huawei hacia el final. Veremos a dónde vamos con un acuerdo comercial«. Dicho en plata, se guardan la baza del veto a Huawei por si el acuerdo al que lleguen no les satisface.
Lo que queda claro es que la amenaza a la seguridad ha quedado en un segundo (o tercer) plano y que, con las cartas en la mesa, el acuerdo comercial es el trasfondo de toda esta lucha de poderes.
Veremos si antes de que acabe este cónclave tenemos el punto y final a esta historia, o aún nos esperan más sorpresas
Estas semanas de incertidumbre han ocasionado un importante daño a la imagen de Huawei, con un considerable perjuicio a sus ventas. Sin embargo también ha servido de acicate a la empresa para involucrarse en el desarrollo de sus propios sistemas. Lo ha hecho ademas incorporando otros fabricantes chinos. No sabemos si el fin del veto supondría la cancelación del sistema de Huawei, lo cual no parece probable, aunque si sería un aplazamiento del mismo.
Es posible que al final esto suponga a la larga un perjuicio a las marcas que como Google, se han visto obligadas a vetar a uno de sus principales colaboradores. El riesgo de depender de los servicios y sistemas USA ha quedado en evidencia y es posible que ahora las marcas prefieran no correr riesgos similares, claro está, si logran no depender de ellos.
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