Elon Musk se anunciaba como el salvador de Twitter, una red social que creía que estaba en decadencia y perdiendo la libertad de expresión que hizo de ella el lugar predilecto por millones de usuarios para expresarse. Tras una compra que ya de por sí fue una historia rocambolesca, finalmente Musk se hizo con Twitter pero lo que parecía que sería un rejuvenecer de la misma se convirtió en lo que parece una caída en picado.
Una de las primera medidas que Elon Musk tomó reciente aterrizado en la sede de Twitter fue el despido de miles de empleados, algo que se realizó de una forma que muchos calificaron como poco empática y de forma dictatorial. Sin embargo eso fue solo uno de una serie de problemas como el masivo abandono de anunciantes, o el cobro por la verificación de cuentas que conllevó la aparición de decenas de cuentas falsas y que fueron minando la confianza en Musk como nuevo responsable de la red social.
Los planes del hombre más rico del mundo para Twitter no parecían ir como el quería, por lo que decidió volcarse en mejorar la situación con la creación de lo que llamó Twitter 2.0. Para ello envió un comunicado a sus empleados conminándoles a trabajar de forma extremadamente dura durante muchas horas o atenerse a las consecuencias, es decir el despido.
«En el futuro, para construir un Twitter 2.0 rompedor y tener éxito en un mundo cada vez más competitivo, necesitaremos ser extremadamente duros. Esto significará trabajar muchas horas a gran intensidad. Solo un desempeño excepcional constituirá un aprobado»
En la misma misiva a los empleados se les invitaba a aceptar la propuesta pulsando un enlace que les llevaba a un formulario. En caso de no estar de acuerdo de forma automática a las 17.00 horas del horario del Este de Estados Unidos serían despedidos con una indemnización de tres meses. Para evitar problemas además se cerró la sede central y se bloqueo el acceso a los empleados por temor a posibles «represalias» por su parte.
Lo que ya de por si son unas formas más que dudosas tuvieron como consecuencia que muchos de sus empleados decidieron no aceptar y por tanto ser despedidos de la red social.
Lo cierto es que todo esto no ha hecho más que acrecentar las dudas sobre el futuro de la red social, lo que ha provocado que muchos usuarios vean un futuro muy negro para la red social y lo hayan expresado con los hashtag #CierraTwitter o #TwitterDown. De momento parece muy pronto para hablar de cierres, pero desde luego ahora mismo no parece que el futuro sea muy halagüeño para la red social, mas aún cuando ante la falta de personal se está comenzando a cuestionar la capacidad de la empresa para mantener el servicio e incluso la seguridad de los datos de sus usuarios.