Dentro de los accesorios que Razer ofrece destinados al mundo gamer cuenta con una serie de productos bajo el apellido «X», destinados a diferenciar aquellos modelos pensados como una versión asequible. Hoy os traemos el análisis de la Razer Kiyo X, una webcam enfocada a un publico que busca dar sus primeros pasos en el mundo del streaming o que necesita un dispositivo capaz a un precio ajustado. Sus puntos fuertes es contar con capacidad de transmitir a 1080p a 30 FPS o a 720p a 60 FPS, además de contar con auto enfoque y grabación de audio.
Como siempre y tras haberla podido probar durante unos días, ahora os traemos nuestro análisis, donde os contamos nuestra experiencia y las impresiones que nos ha dejado.
Tabla de contenido
Unboxing y primer contacto
Razer mantiene en esta cámara el diseño estándar para el embalaje que tantas veces hemos visto en sus productos. Se trata de una caja negra con los laterales en color verde, dejando la frontal para mostrar el aspecto del dispositivo y la trasera para entrar en destalle de sus prestaciones, aunque en este caso en el lateral izquierdo también se hace un repaso a sus principales características.
Una vez abierto el packaging nos encontramos con una caja de cartón donde se sitúa la cámara, la cual a su vez viene protegida por un aro de espuma que al mismo tiempo amortigua cualquier golpe que pueda sufrir en el viaje a nuestra casa. Junto a esto tenemos la habitual carta de bienvenida, un par de pegatinas del logo de Razer y las instrucciones de uso.
Con la cámara fuera de tu estuche nos encontramos con un dispositivo de color negro, con un cuerpo principal circular que en su frontal muestra dos anillos que rodean a la lente y un soporte ergonómico unido al mismo por una bisagra.
En este modelo encontramos en la parte trasera un cable fijo de plástico trenzado, el cual con una longitud de 1.5 metros debería ser mas que suficiente para poder conectarlo sin problemas a cualquier puerto USB A de nuestro ordenador.
El sistema de anclaje de la Razer Kiyo X consta de dos bisagras, una en la parte superior que nos permite inclinar la cámara y una en la unión entre dos piezas que permite que podamos alzar la cámara, pero que sobre todo permite que podamos ajustarla a la pantalla del ordenador.
Este sistema también cuenta con un sistema de rosca que permite que podamos incorporar la cámara a un trípode o brazo para colocarlo en la posición que más nos complazca.
El sistema de anclaje es lo suficientemente adaptable como para poder asegurar que podremos usarla en cualquier formato y dispositivo. Como ejemplo decir que incluso en un monitor de gran formato como el Philips Momentun de 55 pulgadas he podido colocarlo sin problemas, aunque por su altura no es lo más aconsejable, pero que sirve para ver lo versátil del sistema.
Una cámara sencilla de usar con la que iniciarse
Antes de pasar a probar la cámara vamos a hacer un repaso de las especificaciones de la Razer Kiyo X, siempre sin olvidarnos que se trata de una versión asequible y que por ello se ha recortado algunas prestaciones con respecto al modelo Pro.
Con esta cámara tenemos una lente de 2.1 megapíxeles con resolución 1080p a 30 FPS, 720p a 60 FPS, 480p a 30 FPS y 360p a 30 FPS. A la hora de decidir cual usa la pregunta es si usar 1080p @ 30 FPS para primar la calidad de imagen o 720p @ 60 FPS si queremos primar la fluidez del vídeo.
La lente de la Razer Kiyo X cuanta con un campo de visión de 82º, por lo que ya vemos que se centra en un uso en primer plano, algo que por otro lado es lo más usual y aunque aún no está disponible Razer promete que en un futuro cercano contaremos con anillo de luz virtual, lo que nos permitirá ajustar las condiciones de iluminación desde Windows.
Algo que se agradece es que esta cámara cuenta con enfoque automático, una opción que podemos habilitar vía software o deshabilitar si preferimos un ajuste manual. Finalmente tenemos soporte para códecs de vídeo MJEG y YUY2, aunque este no en todas las resoluciones.
Si miramos la parte frontal de la cámara vemos que en la parte superior cuenta con un LED que sirve para indicarnos cuando la cámara está en uso, mientras que en la parte inferior tenemos un orificio que no es otra cosa que un micrófono omnidireccional que permite grabar audio de 16 bits a 48 KHz.
Synapse para personalizar la imagen
Para comenzar a usar la Razer Kiyo X basta con conectarla, es decir que estamos ante un sistema Plug and play. Sin embargo esto no quita que podamos modificar algunos parámetros vía software y siendo un dispositivo Razer eso equivale a descargar Synapse.
En este caso con Sinapse tenemos un número de opciones limitadas, pudiendo habilitar o deshabilitar el enfoque automático y gestionar varios parámetros de la imagen. En este apartado contamos con varios perfiles prefijados de imagen: predeterminado, suave, vibrante y cálido. Además tenemos un perfil personalizado donde podremos escoger el brillo, contraste, saturación y equilibrio de blancos (temperatura).
Experiencia de uso
Esta cámara esta pensada para su uso en interiores, algo en lo que influye muchísimo la iluminación con la que contemos en nuestra estancia. Esto es parte primordial a la hora de pensar en dedicarse a hacer streaming o para grabar contenido para Youtube y otras plataformas.
En las pruebas realizadas queda claro que con una buena iluminación la Razer Kiyo X ofrece una buena calidad de imagen, con un buen trato del color y balance de blancos, mientras que el enfoque es rápido y preciso salvo en condiciones extremas como cuando acercamos un objeto a la cámara para verlo en detalle y lo quitamos repentinamente. En este caso se aprecia que toma un poco ajustar el enfoque, pero nada que no sea común en las cámaras de este segmento. Cuando la iluminación no es la idónea se aprecia la aparición de ruido, mas acentuado según la escena se oscurezca.
Aunque siempre es recomendable contar con un micrófono en caso de que no te lo puedas permitir la Razer Kiyo X incorpora uno omnidireccional, el cual nos ha sorprendido por su buena respuesta, muy superior a otros modelos, pero que no hace que dejemos de recomendaros opciones como el micrófono Razer Seiren mini como complemento ideal.
Conclusiones y opinión
Cuando estamos iniciándonos en el mundo del Streaming o no tenemos los recursos para hacer grandes gastos en nuestro equipo hasta el último euro cuenta. Con la Razer Kiyo X la marca de las tres serpientes quiere ofrecer una opción a este publico, llegando incluso a hacer que podamos dejar para más adelante la compra de un micrófono.
El sistema de soporte de esta cámara ha mostrado una gran versatilidad y estabilidad, ofreciendo gracias en buena parte a su baja peso la capacidad para adaptarse a cualquier pantalla o circunstancia de uso. Si tengo que poner un pero es el de que como siempre hubiera agradecido poder contar con un cable extraible, aunque se ve que este es un punto donde han tenido que recortar.
Ya sea en retransmisiones a 1080p @ 30 fps como 720p @ 60 FPS el buen trato de la imagen permite ofrecer unos colores realistas, con buen detalle en la imagen y que solo en escenarios con poca luz deja ver la aparición de ruido.
Si bien su precio de 89.99€ es una buena rebaja en comparación con 209.99€ del modelo Pro, lo cierto es que sigue siendo un precio considerable que solo la calidad de construcción mitiga. En general es una gran opción de compra para quien quiera iniciarse en el mundo del streaming sin complicarse en exceso y no pueda permitirse optar por versiones más potentes como la propia Kiyo Pro o la Facecam de Elgato.