Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido es la nueva entrega de una ya larga saga de JRPGs, desarrollado y publicado por Square Enix. Durante los años he oído hablar sobre esta saga, pero nunca he llegado a jugar ninguno de sus juegos.
Con esto quiero decir que no sabía que esperar. Los JRPGs tienen fama de ser más casuales que los RPGs occidentales, que es algo que no me hace mucha gracia. Pero hace unos meses disfruté mucho de Ni no Kuni II, así que aún había esperanzas.
Pero después de hincarle el diente, en mi opinión, Dragon Quest XI es una mezcla de muy buenos ingredientes, con otros muy malos. La verdad es que me ha dejado un poco decepcionado. Me esperaba algo más serio. Incluso dentro del género JRPG, es demasiado sencillo, y la historia es demasiado simple.
Historia
Normalmente no me gusta hablar mucho de la historia de un juego, sobre todo en un RPG, así que voy a resumir la introducción y poco más.
Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido, cuenta la historia de un héroe reencarnado, destinado a derrotar el mal. Ni nosotros sabemos por qué hemos reencarnado, pero poco a poco irán apareciendo delante de nosotros pistas que nos llevarán hacia nuestro destino.
Como muchos otros RPG que se basan en un sistema de grupo, iremos conociendo a nuevos miembros de éste a medida que avanza la historia. Algunos encuentros están mejor construidos, otros son demasiado simples y rápidos. Hay para todos los gustos.
En lo que se refiere al argumento, como muchos otros JRPGs, intentan imitar a las famosas películas o series de animación japonesas. Algunos lo consiguen de manera brillante. Pero éste no ha sido el caso.
La mayor parte del tiempo el juego intenta tratar las situaciones con humor, sin ningún momento de tensión. Si os soy sincero, ha habido momentos donde he llegado a bostezar. La historia en general no me ha llamado la atención en absoluto.
Jugabilidad
Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido es un JRPG con un sistema de combate por turnos. Dado que el combate es una parte fundamental del juego, voy a analizar sus pros y sus contras primero.
Durante las primeras horas de juego, te darás cuenta que los combates, incluso contra enemigos que parecen fáciles, requieren un mínimo de estrategia. Las habilidades de los personajes deben usarse con cabeza, si quieres sacarles el máximo partido.
Pero entonces descubrirás, que la manera más eficiente de luchar contra los enemigos, es dejar que el juego se encargue de ello. Dragon Quest XI te permite configurar estrategias a seguir para tus personajes: combatir con cabeza, usar todos los recursos, concentrarse en sanar… Tenemos a nuestra disposición diversas opciones para hacer más ameno el combate, y no tener que controlar a toda nuestra banda.
Y aquí es donde viene el problema. La manera más eficiente de luchar, es configurar la estrategia “combatir con cabeza” para todos tus personajes, y dejar el mando sobre la mesa durante las batallas.
Como lo leéis. He llegado a derrotar a jefes simplemente dejando al juego hacer sus cosas, mientras me iba a por algo de beber o contestaba mensajes en el móvil.
El juego se convierte en un simulador de caminar y ver combates. Parece un juego de móvil, donde equipas a los personajes, y ellos ya luchan por ti. Y sí, puedes tomar tú el control de los personajes, pero si quieres ser lo más eficiente posible, que luche la IA por ti es lo mejor.
Entiendo que existiera esta opción para lidiar con las partes más aburridas de un RPG, como tener que matar a muchos enemigos sencillos para subir de nivel, ¿pero contra jefes? Es demasiado efectivo y le quita aún más seriedad al juego.
Otro aspecto que es demasiado sencillo, son las mazmorras y la exploración en general. En lo que se refiere a mazmorras, el juego pone a tu disposición un mapa de éstas desde el momento en que ponemos un pie en ella.
Cosa que tampoco hacía falta… Son tan sencillas y tan lineales que lo único que requiere es: sigue a los enemigos y encontrarás al jefe final.
Con las zonas de mundo “abierto” pasa algo parecido. Las zonas intentan transmitirte la idea de que son enormes. Que te encuentras en una zona lista para ser explorada, pero éstas sufren del mismo problema que las mazmorras. Son lineales a más no poder.
Otro punto en contra de este juego es el sistema de inventario. Buena suerte si quieres mover muchos objetos del mismo tipo a la vez de un personaje a la mochila o a otro personaje, por qué vas a tener que hacerlo de uno en uno. Quien pensó que esto era buena idea…
Por un lado me parece bien que limites la cantidad de objetos usables durante los combates que un personaje puede llevar consigo, pero, por otro, también intenta incluir una interfaz amistosa para administrarlo.
Y no incluyas en este límite los objetos que se equipan al personaje. Más de una vez he tenido que pasar a la bolsa una espada que no llevaba equipada, para equiparme otra. Para inmediatamente tener que manualmente transferir la espada que acabo de quitarme a la bolsa. ¿Por qué el equipo no tiene su propia bolsa? Todo el sistema de inventario es un dolor de cabeza que no tendría que ocurrir hoy en día.
Como último punto “negativo” de la jugabilidad, es el hecho de no poder guardar partida en cualquier momento. Esto ya es algo más de preferencia del jugador, pero en mi opinión, si no estoy en combate, y no estoy en una mazmorra, por ejemplo, tendría que poder guardar la partida.
No limites mi capacidad de guardar la partida a ciertos puntos en el juego, a veces, muy separados. Entiendo que, en el auge de los videojuegos, guardar el estado de un juego en un punto en concreto era complicado. Pero muchos RPGs te permiten guardar la partida en cualquier momento, no entiendo por qué Dragon Quest XI ha optado por la opción antigua.
Finalmente, un buen punto a favor que tengo que darle a la jugabilidad es el sistema de “crafteo”. En otros juegos, crear armas o armaduras se basan en reunir los ingredientes, llevarlos a la forja y listo. Dragon Quest XI nos presenta con un minijuego, sencillo pero entretenido, que determinará la calidad del objeto que creemos, desde el básico, hasta uno “+3”, que mejorará muchos sus cualidades.
Gráficos
Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido cuenta con unos gráficos excelentes. Es una pena que la jugabilidad no acompañe, porqué el equipo gráfico de Square Enix ha hecho un trabajo estupendo.
Los personajes, al menos los principales, tiene un nivel digno de película de animación. Únicos e interesantes, con sus pequeños o grandes detalles que los diferencian.
No tengo nada negativo que decir sobre éstos. El problema son los demás. Los personajes no jugables. Tanto los enemigos, como los habitantes de las diferentes ciudades que visitaremos durante el juego.
La primera vez que los ves, te sorprende lo curiosos y originales que son. Pero tanto unos como los otros son reusados desde el principio del juego. Creo que he visto al mismo hombre, en todas las ciudades, sin ni siquiera un color de ropa diferente. Al menos con los enemigos intentan variar el patrón de colores. Que tampoco quiero decir que se abuse.
El mundo está lleno de monstruos diversos y originales. Pero que te incluyan variaciones a las 4 horas de juego no sienta muy bien. E incluso en algunos casos, las texturas de algunas zonas más secundarias me han decepcionado mucho. No se puede permitir un juego de PS4, en 2018, con texturas sacadas de PS2.
Otro aspecto a destacar es la ambientación de las mazmorras. No recuerdo haber visto un juego en los últimos años que reusara la misma textura para las paredes tanto ni de manera tan obvia. Hay zonas donde cualquier habitación parece cualquier otra habitación.
Si las zonas de mundo abierto tienen una cantidad de detalles increíbles, las zonas que realmente puedes explorar, las mazmorras, carecen de ellos.
Para terminar la sección de gráficos, me gustaría remarcar que los efectos de los hechizos y ataques, como en muchos otros juegos de este estilo, son excelentes y son un buen punto a favor. Tanto los efectos elementales, como los impactos físicos o las auras, dejan un buen sabor de boca. Cuesta encontrar un juego del estilo que haga este apartado mal.
Banda sonora
La banda sonora de Dragon Quest XI es, en general, otro de sus puntos fuertes, que sufre por culpa de la jugabilidad, al igual que el apartado gráfico.
Los actores de voz han hecho un trabajo estupendo. Incluso teniendo en cuenta que algunas de las líneas que tenían que recitar. Las voces son variadas al igual que los acentos o tonos de voz.
Por un lado, las actitudes de estos chocan de una manera interesante que me ha gustado especialmente. El principal problema que me surge, es que han optado por usar la opción del protagonista mudo. Todos los personajes que nos acompañan tienen su propia voz, sus propias expresiones. Pero, ¿por qué el protagonista, el personaje central, no tiene su propia voz? Va más allá de mi capacidad de razonamiento.
Nuestros compañeros se expresan con total naturalidad, en cambio, nosotros, nos defendemos con un “Le explicamos porqué estamos aquí». Un simple mensaje en la pantalla que elimina la poca personalidad que el personaje tenía. Si es que tenía alguna.
Hablando de expresiones, me he dado cuenta de algunas referencias a la cultura pop, especialmente a canciones, que me han sacado una sonrisa más de una vez.
Por otro lado, los efectos de sonido son una mezcla de bueno y malo. Los efectos durante los combates son estupendos, a la par que los efectos visuales de los que he hablado en la anterior sección.
Pero el juego también usa ciertos efectos de sonido muy referentes a juegos clásicos. Algunos son apropiados, como a la hora de guardar la partida o completar un objetivo, pero otros se abusan demasiado de ellos.
Por último, como resumen del nivel que tiene el argumento y para que os deleitéis con algunos de los mejores efectos de sonido para una ballesta jamás usados, os dejo con esta cinemática.
Conclusión
Así que llegó el momento final del análisis. No quiero que esto se alargue mucho más, así que voy a ser directo. No recomiendo este juego a nadie que no sepa donde se mete. Si eres un fan de la saga y es algo que ya esperas de estos juegos, adelante.
Pero si eres como yo, alguien que nunca lo ha jugado, no te lo recomiendo. Solo en el caso de un gran descuento, y si sientes curiosidad por la saga.
En general, los JRPGs son un género más casual, dentro del mundo de los RPGs. Aun así, esperaba algo con un poco más de seriedad y profundidad.