La Realidad Virtual, o VR por sus siglas en inglés, es algo que está en boca de todo el mundo hoy en día, y no sólo de los techies, o más interesados en estar a la última en tecnología, sino que actualmente es un término que casi todo el mundo sabría definirnos y se utiliza con normalidad y de manera casi cotidiana, sobre todo si nos movemos en el mundo del ocio en general.
Sin embargo, la idea de Realidad Virtual no es ni mucho menos nueva, y a lo largo de la historia han sido muchas las personas o empresas que han tratado de hacerla realidad con mayor o menor acierto, estando muy limitados por la tecnología existente en sus respectivas épocas.
Ciencia ficción
Y hablamos de épocas porque, la primera referencia a un dispositivo de Realidad Virtual como lo concebimos hoy en día apareció en un relato breve publicado en 1935 por Stanley G. Weinbaun y titulado “Las gafas de Pigmalión” (de lectura muy recomendada y muy sencillo de encontrar) en el que describía un sistema con grabaciones holográficas, además de sensaciones inducidas como olor y tacto.
El cine, la primera frontera
Weinbaun hablaba de una máscara, y un líquido donde grababa toda la información que luego el espectador podía “vivir”, pero no dejaba de ser ciencia ficción. Sin embargo, en la década de 1950, Morton Heilig, describió en detalle lo que él llamó “Experiencia teatral”, en la cual abarcaba todos los sentidos del espectador para que, olvidando la realidad que le rodeaba, se introdujese por completo en el espectáculo. Más tarde, en 1962, construyó un prototipo de lo que describía en su obra y lo llamó Sensorama, para el que se prepararon 5 pequeñas películas que incluían sonido, olores y sensaciones táctiles. Sensorama era un dispositivo mecánico que todavía hoy en día funciona, pero a pesar de lo visionario de su concepto, Heilig no pudo obtener el apoyo económico necesario y el proyecto se detuvo.
Primeros dispositivos de Realidad Virtual
En 1960, el propio Heilig patentó lo que él llamó Máscara teleférica, y que describe como “Un telescopio televisivo para uso individual. El espectador recibe una completa sensación de realidad, a través de imágenes en 3 dimensiones que pueden recibirse incluso a color, con un 100% de visión periférica, sonidos, aromas y brisas de aire…”. Como se puede observar en la imagen de la patente, recordaba mucho a los sistemas de Realidad Virtual actuales, salvando las distancias.
En 1961, Philco Corporation, llevó esta idea a la realidad creando el primer visualizador que se montaba en la cabeza y lo llamó Headsight. Disponía de una pantalla y un sistema de seguimiento vinculado a un circuito cerrado de televisión, y originalmente se utilizó con fines educativos en entornos militares y de situaciones de riesgo, como simuladores de aviones, submarinos o pruebas químicas y peligrosas observadas a distancia.
Pero fue en 1968 cuando Ivan Sutherland, con la ayuda de su alumno Bob Sproull, creó lo que se puede considerar el primer casco de Realidad Virtual o HMD por sus siglas en inglés (Headed-Mounted Display). Era un dispositivo bastante primitivo que sólo podía mostrar imágenes 3D sin movimiento o un pequeño cubo tridimensional en la habitación. Además, era muy pesado y se necesitaba la ayuda de un brazo mecánico que, desde el techo, sujetaba de forma segura la cabeza del usuario, de ahí que se le conozca comúnmente como la Espada de Damocles. El ingenio era semi translúcido, de ahí que también se le considere el primer dispositivo de realidad aumentada.
La historia sólo acaba de comenzar
Si quieres seguir conociendo los orígenes y el desarrollo de la Realidad Virtual no te pierdas los próximos capítulos que estamos preparando. Hasta entonces, ya sabes que en One-tech podrás estar al tanto del presente y futuro de esta prometedora tecnología.