ASUS ROG Ally Z1 Extreme, una experiencia gamer en versión portátil – Análisis

ASUS quiere convertirse en la referencia de un mercado en auge como es el de las consolas portátiles y para conseguirlo su apuesta es la ROG Ally, una nueva familia de dispositivos capaces de mover juegos como si de un PC de tratara. De los modelos disponibles hemos podido probar la ROG Ally Z1 Extreme, el cual además hemos tenido la oportunidad de probar con un extra, ya es que hemos podido ampliar su capacidad de almacenamiento hasta los 2TB gracias a la WD_BLACK SN770M NVMe SSD.

Con este dúo hemos pasado un par de semanas, comprobando si nuestras expectativas se cumplían o todo se quedaba en una buena campaña de marketing y aunque os lo contaremos al detalle a continuación, ya os digo que su fama es algo que tiene muy merecido, aunque no le libra de tener un amplio margen de mejora.

ROG Ally Z1 Extreme, especificaciones:

  • Dimensiones: 28 x 11,1 x 2,12 ~ 3,24 cm
  • Peso: 608 gramos
  • CPU: AMD Ryzen Z1 Extreme («Zen4» arquitectura de 4nm, 8 núcleos / 16 hilos, caché total de 24 MB, hasta 5.10 Ghz)
  • GPU: Gráfica AMD Radeon RDNA 3, 12 CUs, hasta 2.7 GHz, hasta 8.6 Teraflops)
  • TDP: 9-30 W
  • Pantalla:
    • IPS de 7 pulgadas – 17,8 cm
    • Resolución: FHD (1920 x 1080) 16:9
    • sRGB: 100 %
    • Adobe: 75,35 %
    • Gorilla Glass DXC
    • Pantalla táctil (10 puntos multitáctil)
    • Tasa de refresco de 120 Hz
    • Tiempo de respuesta: 7 ms
    • Brillo: 500 nits
    • FreeSync Premium
  • Memoria: 16GB LPDDR5 en placa (6400MT/s doble canal)
  • Almacenamiento: 512GB PCIe 4.0 NVMe M.2 SSD (2230)
  • Puertos:
    • 1x Conector de audio combinado de 3.5mm
    • 1x ROG XG Mobile Interface y puerto combinado USB Tipo C (con USB 3.2 Gen2, compatible con DisplayPort 1.4)
    • 1x Lector de tarjetas UHS-II microSD (compatible con SD, SDXC y SDHC)
  • Audio:
    • Tecnología de cancelación de ruido por IA
    • Certificación Hi-Res
    • Dolby Atmos
    • Micrófono de matriz
    • 2 altavoces con tecnología Smart Amp
  • Conectividad:
    • Wi-Fi 6E (802.11ax) (Triple banda) 2*2
    • Bluetooth 5.2
  • Batería:
    • 40 WHrs, 4S1P, 4 celdas, Ion-Litio
    • Cargador de 65W
  • Otros:
    • Sensor de huella dactilar integrado
    • Gyro: IMU de 6 ejes
    • Botón Centro de Comandos
    • Botón Armoury Crate
    • 2 x botones de agarre personalizables

Una consola de gran potencia en formato «para llevar»

La ASUS ROG Ally es una consola en toda regla, tanto en potencia como en diseño, pero en formato compacto. Cuando lo sacamos de su caja nos encontramos con un diseño rectangular, donde las esquinas están ligeramente biseladas para hacerla más ergonómica.

En cifras tenemos un dispositivo con unas medidas de 28 cm de ancho por 11,1 cm de fondo y una altura que varía entre los 2,12 y los 3,24 cm, mientras que su peso es de 608 gramos gracias a su construcción de policarbonato. Tenemos un acabado blanco que se complementa con un diseño que mezcla los acabados angulosos e iluminación RGB que se revela cuando la encendemos. Esto hace que su gran pantalla destaque y es que ocupa buena parte de su frontal, dejando en los laterales espacio para los controles, pero también para una rejillas para la salida del audio de sus dos altavoces estéreos.

ASUS ha metido en este dispositivo una pantalla táctil IPS de 7 pulgadas, con un formato de 16:9 y una resolución FHD. Al tratarse de un dispositivo destinado a un público gamer, la tasa de refresco y el tiempo de respuesta es primordial, algo que la compañía ha solucionado incorporando un panel con una tasa de refresco de hasta 120 Hz y un tiempo de respuesta de 7ms. Además contamos con soporte FreeSync Premium, lo que los más sibaritas agradecerán. En cuanto a su calidad, eso es algo de lo que hablaremos en el apartado de experiencia de uso, pero ya os adelanto que es espectacular.

Si volteamos la consola nos encontramos con unas palancas inferiores en color negro, además de una línea en diagonal con detalles holográficos que aportan algo de color, ya que en este zona no tenemos iluminación RGB. También apreciamos la gran cantidad de rejillas de ventilación, incluyendo una que imita el logo de la marca.

En este espacio podemos ver también varios tornillos, algo muy importante ya que la consola está pensada para que nosotros mismos podamos ampliar su capacidad de almacenamiento, algo que os mostraremos más adelante.

En la parte superior del marco de la ASUS ROG Ally encontramos algo distintivo de un mando de consolas: sus gatillos o disparadores. Estos, dos por cada lado, vienen con un diseño con acabado texturizado que mejora el agarre, algo de lo que algunos fabricantes de mandos podían aprender.

Entre los gatillos encontramos el botón de encendido y apagado, el cual también funciona como un lector de huellas para que podamos usarlo como método de autenticación con Windows Hello.

En esta zona encontramos también un conector USB tipo C en su versión 3-2, el cual nos sirve para cargar la consola. También encontramos un puerto jack de 3.5 mm, los controles de volumen y un gran puerto que no es otra cosa que un puerto ROG XG con el que ASUS nos permite conectar una tarjeta gráfica externa.

Por otro lado, aquí también encontramos dos zonas perforadas que sirven como salida del sistema del sistema de refrigeración de la consola, algo que con el hardware que tiene dentro es más que necesario.

A los lados de la pantalla de la ASUS ROG Ally tenemos los controles de la consola, los cuales se asemejan mucho a los que podemos encontrar en un mando de consola, pero con alguna diferencia por las especiales características de esta. Así encontramos dos Sticks rugerizados, una cruceta y los habituales botones ABXY. Todos ellos están realizados en plástico de gran resistencia en color negro, mientras que en color blanco encontramos los controles de menú y selección, además de un botón de centro comando y otro dedicado al software Armoury.

Si nos vamos a la parte posterior nos vamos a encontrar con dos teclas numeradas como M1 y M2, que vienen a ser una suerte de palancas como las que hemos visto en otras ocasiones en mandos como los de SCUF.

ASUS nos permite configurar estos botones, tanto para un uso gamer como de escritorio, por lo que podemos ajustarlos al uso que le vayamos a dar en cada momento.

Como buena consola pensaba para gamers puros., la ASUS ROG Ally está construida para aguantar los envites de los jugadores más apasionados. Su construcción denota la calidad de la misma nada más cogerla, con una sensación de resistencia y buenos acabados. La compañía ha sometido cada elemento a rigurosas pruebas de durabilidad hasta obtener un producto duradero, algo que se aprecia desde el minuto uno.

No era fácil conseguir que un dispositivo con estas medidas y peso fuera cómoda de usar, pero se nota que se ha trabajado a fondo en su diseño hasta conseguirlo. Así tenemos una suerte de mando con pantalla que esconde tras de si una potencia que hace no poco parecía difícil de lograr meter en tan poco espacio.

La iluminación RGB es parte de la cultura gamer y ASUS la ha incorporado con sutileza, pero ofreciendo unos resultados muy efectistas. Dos simples aros de luz rodeando los sticks son suficientes como para darle este toque gamer que tanto nos gusta.

Es complicado pensar en que cosas mejorar del diseño de la ROG Ally, con unos botones y sticks con textura que nos hacen más sencillo mantener en control de nuestras acciones. Por otro lado la inclusión de las palancas inferiores, así como el buen recorrido de sus cuatro gatillos, hace que la sensación en la mano nos sea muy familiar a poco que hayamos usado un mando de PC o consola.

En general el diseño de la ASUS ROG Ally es un compendio de acertadas decisiones que hacen de esta consola un dispositivo portátil que nos asegura horas de juego sin incomodidades.

Potencia desmedida con almacenamiento personalizable

En nuestras manos tenemos un dispositivo que en su interior monta un hardware tan potente como para mover títulos AAA con plenas garantías. En nuestro caso tenemos el modelo con procesador AMD Ryzen Z1 Extreme fabricado por TSMC en un proceso de 4 nm, el cual cuenta con arquitectura Zen4, con ocho núcleos y 16 hilos, siendo capaz de funcionar a una velocidad desde 3.3GHz hasta 5.10 GHz, el cual alcanzamos con el modo turbo. Esta CPU permite una configuración desde 9 a 30 W de TDP, lo que, como veremos, ha llevado a que ASUS coloque en su interior dos grandes ventiladores para asegurarse mantener la temperatura bajo control.

Como dispositivo gamer la gráfica es fundamental, algo que ASUS ha solucionado incorporando una AMD Radeon 780M de arquitectura RDNA 3 a 2.7 GHz con una potencia de hasta 8.6 TFLOP. Esta gráfica con sus 768 shaders soporta DirectX 12 Ultimate.

A esto le tenemos que unir una RAM de 16 GB LPDDR5 con una frecuencia de 6.400 MHz, la cual viene preconfigurada en doble canal de forma que permita a la GPU poder acceder mediante un bus de 128 bits . También tenemos un almacenamiento SSD NVMe M.2 (2230) de 512 GB, la cual usa un puerto PCIe Gen4 x4, la cual como veremos a continuación podemos ampliar fácilmente, algo que por supuesto hemos hecho. La elección de este formato permite asegurarnos una alta velocidad de lectura secuencial, algo fundamental para asegurarnos una buena respuesta a la hora de jugar.

Para una mayor sensación de inmersión en el juego, la ROG Ally incorpora un sistema de vibración háptica y un giroscopio de seis ejes.

Junto con esto tenemos un equipo de sonido formado por dos altavoces con tecnología Smart AMP, certificación Hi-Res y sonido Dolby Atmos, un micrófono de matriz con sistema de cancelación de ruido por IA.

En lo que a conexión de refiere, tenemos los ya mencionados puertos de audio combinado de 3.5mm, el puerto ROG XG Mobile, un puerto USB 3.2 Gen 2 tipo C compatible con DisplayPort 1.4 y un lector de tarjetas UHS- II. A ello se les une conectividad WiFi 6E y Bluetooth 5.2.

Todo esto nos permite conectar periféricos como pantallas, teclados, ratones o auriculares entre otros, además de poder montar una gráfica externa para los más exigentes (y pudientes).

Encargado de mantener todo esto en funcionamiento tenemos una batería de 40 WH de cuatro celdas, la cual se carga mediante un cargador de 65W incluido en el pack.

Ampliando su almacenamiento para más diversión

Una de las cosas que siempre necesita un gamer es más espacio de almacenamiento, lo que le permite disponer de mas juegos instalados en su equipo. Además, este almacenamiento debe tener un rendimiento acorde y sobre todo debe ser sencillo de instalar y configurar.

Gracias a ASUS hemos podido contar con una unidad de la WD_Black SN770M de 2TB, lo que cuadruplica la capacidad de almacenamiento de la que dispone por defecto la consola. Se trata de una SSD NVMe M2 2230 que promete nada menos que hasta 5150 MB/s de velocidad de lectura y 4.850 MB/ de escritura.

El formato NVMe M2 2230 es más compacto y de menores dimensiones que los formatos que solemos ver para PC o consola, adaptándose así al especial tamaño de este tipo de dispositivos. En nuestro caso tenemos una unidad con 2TB, pero en el mercado las encontramos con distintas capacidades y precios.

Para cambiar la SSD tenemos que desatornillar los tornillos que nos vienen en la parte trasera de la consola, usando luego una pluma plástica para separar sus dos mitades. Así tendremos al descubierto las entrañas de la consola, con un interior donde de inmediato se nos revelan dos grandes ventiladores, entre los cuales una tapa flexible nos oculta a la vista el resto de componentes.

Una vez retirada esta cubierta ya tenemos visible la propia SSD preinstalada, permitiendo además que veamos como los dos ventiladores están conectados hacia un especio donde tenemos los componentes que más se calientan: la CPU y su gráfica.

La SSD preinstalada vemos que es una Micron MTFDKBK512QFM que promete una velocidad de lectura de 4.200 MB/s y de escritura de 1.800 MB/s, por lo que cambiar esta por la WD_Black SN770M de 2TB no solo aumenta su capacidad, sino que mejora el rendimiento de la ROG Ally.

Un detalle que nos aconsejan desde ASUS es desconectar la batería antes de proceder al cambio, algo que es simple, ya que el conector lo tenemos justo al lado del ventilador derecho. Solo tenemos que retirar el clip de retención metálico y tirar del conector para desconectarla.

Como en cualquier NVMe tenemos un tornillo que sirve de tope y sujeción, por lo que procedemos a retirarlo para poder cambiar nueva unidad de almacenamiento.

Una vez colocada, procedemos a asegurarla con el mismo tornillo, asegurándonos de que este bien colocada, sin holguras y encajada hasta el fondo para evitarnos problemas. Ahora solo queda volver a conectar la batería, colocar la cubierta y la tapa trasera, ajustando con firmeza los tornillos para que quede la consola como nueva.

Aprovechamos que hemos abierto la consola para mostrar como los elementos como disparadores, crucetas y demás, también son accesibles para poder cambiarlas por nosotros en un futuro si hiciera falta.

Una vez instalado no esperes que la consola se encienda y ya, porque antes tendremos que volver a instalar el sistema operativo, algo que por fortuna es muy simple y la propia ASUS nos lo facilita a través de ASOS Cloud Recovery.

LO primero es acceder al menú de la BIOS, algo que haremos pulsando el botón de bajar el volumen y presionando el botón de encendido. Una vez accedamos a la BIOS veremos varias pestañas, una de las cuales es la de Avanzado, donde encontramos la opción de ASUS Cloud Recovery, la cual nos exige conectarnos a la red WiFi para comenzar el proceso de descarga. Esto nos va a llevar un rato, pero tras ello tendremos reinstalado Windows 11 y podremos comenzar la configuración inicial de la consola.

Una vez completado todo el proceso, si nos vamos a la sección de información del sistema veremos que ya nos aparece reflejada la nueva SSD con sus 2TB de capacidad para que llenes con todos los juegos que quieras.

Windows 11 con Armoury es otra cosa

Si esperabas algún tipo de sistema propio, olvídate. La ASUS ROG Ally funciona bajo Windows 11, el sistema de Microsoft, y es que de facto estamos ante un ordenador gamer, pero miniaturizado y adaptado a un uso gamer. No se trata de una versión capada o una versión «lite», sino de una instalación completa con todas sus funciones, incluida la ya mencionada posibilidad de usar el sensor de huellas como forma de autenticación biométrica con Windows Hello.

Con los sticks y botones nos podremos mover por el escritorio de Windows, pudiendo usar también la pantalla táctil e incluso conectar algún accesorio mediante bluetooth como lo haríamos con un PC o portátil.

La utilidad de Windows 11 incluye poder instalar programas en la ROG Ally, inclusive Steam, EA App, Ubisoft Connect y otras aplicaciones que solemos asociar con un PC Gamer, pero también las habituales aplicaciones de ofimática y demás.

Lo cierto es que podemos hacer un uso normal, casi como si de un PC se tratara, pero con la limitación del tamaño de su pantalla y, si no disponemos de accesorios, del control mediante sticks, botones y pantalla táctil.

Dicho todo esto, cuando hablamos del un uso gamer nos olvidamos de que estamos ante Windows 11 y nos centramos en Armoury, el programa con el que ASUS nos permite exprimir al máximo las capacidades de la ROG Ally.

Acceder a Armoury es tan simple como realizar una simple pulsación en el botón dedicado, el mismo que a su vez sirve para esconderlo si lo tenemos ya abierto. Con este programa podemos realizar las configuraciones habituales de un mando, como la personalización de la iluminación o el mapeo de los botones y pulsadores, pero sobre todo podemos ajustar las distintas opciones de configuración para jugar.

Divido en tres pestañas Armoury, la primera de ellas nos permite acceder a nuestra biblioteca de juegos y ver todos los títulos que tenemos instalados. También nos permite acceder a dichos títulos de forma rápida y añadir las distintas plataformas de juego que queramos instalar.

En la ultima pestaña tenemos acceso al contenido general, donde podemos acceder a las opciones de ajuste de sistema, la galería con las capturas de pantalla y grabaciones, el centro de ayuda, el centro de rewards de ROG y por supuesto el centro de actualizaciones.

Armoury también nos brinda la posibilidad de configurar los ajustes de la consola, incluyendo la opción de limitar la tasa de refresco hasta los 120 Hz que podemos alcanzar con su pantalla y acceder a los distintos perfiles de juego, ya se que vayamos a jugar a un título de carreras, un shooter, etc. Desde aquí podemos acceder al sistema AMD RSR (Radeon Super Resolution) para mejorar el rendimiento del juego, además de poder escoger perfil de modo cinema, vivido u optar por el modo de protección ocular.

Donde más nos va a servir este programa es a la hora de escoger el rendimiento de la consola, algo primordial si queremos la mejor experiencia en función del título al que estemos jugando.

Armoury le da a la ASIS ROG Ally tres modos de funcionamiento entre los que escoger: Silencioso, Rendimiento y Turbo.

  • El modo Silencioso opera a 9W para un funcionamiento más silencioso y amigable con la batería.
  • El modo Rendimiento opera a 15W para un equilibrio entre rendimiento y duración de batería
  • El modo Turbo aumenta la potencia a 25W para obtener los máximos FPS o 30W si está conectado a la corriente

Si estos modos se nos quedan cortos y necesitamos más opciones, Armoury nos permite crear un modo personalizable en el que podemos ajustar una potencia concreta.

Experiencia de uso

A la hora de valorar la experiencia con la ASUS ROG Ally comenzamos hablando de las impresiones que nos da la propia consola, con una construcción impecable que es sorprendentemente cómoda en el uso. Esto nos permite jugar en cualquier lugar, ya sea en la comodidad del sofá de nuestra casa o en el autobús de camino. Por otro lado, al estar acostumbrado a usar un mando de Xbox para jugar, lo cierto es que la configuración de botones y sticks me ha resultado muy familiar, por lo que la adaptación ha sido casi inmediata.

ASUS nos da una pantalla que hace un trabajo excelente a la hora de jugar, pero que no se queda atrás en otros usos, ya sea usando Windows al modo tradicional o como sistema multimedia para disfrutar de una buena película.

Las 7 pulgadas de la pantalla de la ASUS ROG Ally se realmente bien con una resolución de 1920 x 1080 píxeles y una tasa de refresco de 120 Hz en su relación de 16:9, pero que en calidades más bajas también da excelentes resultados. Esto nos permite que en juegos exigentes podamos bajar un poco la calidad sin temor a que ello haga que la experiencia sea mala. El brillo de 500 nits es más que suficiente en interiores, aunque en exteriores en ocasiones hubiera deseado algo más de brillo. Por suerte aquí tenemos el recubrimiento Gorilla Glass DXC, que nos da un excelente trato de los reflejos, lo que mejora considerablemente la experiencia.

No hay duda de que estamos hablando de un dispositivo mayoritariamente pensado para un uso en interiores, algo que atestigua la ausencia de un sensor de iluminación para automatizar el nivel de brillo.

Incluso cuando nos salimos del «modo gamer», esta pantalla nos permite disfrutar de películas y series con una calidad mas que destacable, redondeando la experiencia un dúo de altavoces que nos dan un sonido estéreo de gran calidad y potencia.

ASUS ha acertado con la colocación de los altavoces, ya que permiten que el sonido nos llegue directamente desde los lados de la pantalla, pero evitando que al sujetar la consola podamos taparlos con las manos. Aún con todo, no debemos olvidar que contamos con conexión Bluetooth y puerto Jack de 3.5mm por si preferimos conectar un altavoz o unos auriculares.

Juegos y rendimiento

A pesar de lo que podíamos pensar por sus dimensiones, lo cierto es que la ASUS ROG Ally mueve Windows 11 con una forma impecable, a pesar de que no se trata precisamente de un sistema ligero. Su potente hardware hace que no tengamos queja en su funcionamiento, mas bien todo lo contrario, y es que ha sido sorprendente ver como un sistema que solemos ver en PC y portátiles, rinde de una forma tan destacable en un dispositivo de este tamaño.

Al pasar este dispositivo por CineBench R23 alcanzamos valores de 12.205 puntos en multinúcleos y 1.630 puntos en un solo núcleo. Cifras muy destacables en ambos modos.

Al pasarlo por CrystalDiskMark hemos tenido en cuenta dos valores ya que hemos podido probarlo tanto en su versión «inicial» como en la versión con SSD ampliada. Así obtenemos valores de 4.250 MB/s y 1.740 MB/s en lectura y escritura respetivamente con su SSD de 512GB preinstalada. Sin embargo cuando pasamos a la WD_Black SN770M de 2TB las cifras suben a 5.250 MB/s y 4.660 MB/s respectivamente. Esto deja claro que no solo tenemos más almacenamiento, sino un mejor rendimiento que representa un ahorro de tiempo a la hora de cargar los juegos, algo que podemos atestiguar.

Con todo lo que realmente nos importa es como funciona a la hora de jugar y es que aquí es donde tenemos que testear verdaderamente las capacidades de esta consola. El procesador AMD Ryzen Z1 Extreme en combinación con su GPU AMD RDNA 3 con 4GB de VRAM aquí es donde saca a relucir todo su potencial.

Hemos probado distintos títulos para ver su rendimiento y, ya os adelanto, poco tiene que envidiar a un PC gamer y a las nuevas consolas. Probando títulos como Warzone logramos sin problema alcanzar los 73 FPS en modo turbo, alcanzado incluso el topo de los120 FPS en Apex Legends.

El modo turbo es casi una exigencia cuando hablamos de títulos pesados como Cyberpunk 2077 para alcanzar los 45 FPS, mientras que otros, como la recientemente lanzada remasterización de Tomb Raider, van sobrados con el modo silencioso.

En general pocos cualquier título que pruebes verás que la ROG Ally lo puede mover con comodidad, aunque si es cierto que en algunos títulos es mejor bajar algo la calidad o limitar los FPS para tener una experiencia mas uniforme.

Autonomía y carga

A la hora de hablar de la autonomía, aquí es realmente complicado hablar de cifras ya que hay multitud de variables a tener en cuenta. Para empezar no es lo mismo jugar en local que en la nube, del mismo modo que tampoco es lo mismo jugar en modo silencioso que en turbo. Del mismo modo factores como el brillo también afecta, por lo que dar cifras es complicado.

A modo de indicador podemos decir que un título exigente en modo turbo hace complicado llegar a la hora de autonomía, mientras que juegos poco exigentes en modo silencioso triplica sin dificultad esa cifra. Aún podemos subir más eso si bajamos el brillo y o apagamos la iluminación, aunque mi consejo particular es que si piensas jugar un buen rato, mejor quédate cerca de un enchufe donde poder conectarte.

Es cierto que la autonomía no es su punto fuerte, al igual que no lo es de ninguna de sus competidoras. A día de hoy está complicado pedir un hardware potente en tan poco espacio y que aún así quede hueco como meter una batería que nos permita olvidarnos de tener que cargarlo a las pocas horas.

Temperaturas

Algo que tiene también mucha importancia en este sentido es la temperatura, ya que toda esta potencia genera una buena cantidad de calor cuando le exigimos. Aquí el sistema de refrigeración tiene un duro trabajo y en momento puntuales podemos oírlo claramente con el funcionamiento de sus ventiladores.

Las grandes aberturas para sacar el calor del interior de la consola hace que el aumento de la temperatura no se refleje en las manos cuando la sujetamos.

En cifras alcanzamos una temperatura pico de 95 grados centígrados en modo turbo conectado a la corriente, bajando a los 86 grados si jugamos sin estar conectados. Si nos pasamos al modo rendimiento las cifras bajan a unos 70 grados de media, mientras que el modo silencioso lo rebaja a unos muy aceptables 60 grados.

Conclusiones

La ASUS ROG Ally es un claro indicador de lo que podemos esperar en los próximos años a nivel de portabilidad. Ya no dependemos de un PC o una consola con sus correspondiente monitores para disfrutar de los mejores juegos. Basta con llevar nuestra consola portátil, aunque siempre es mejor hacerlo con el cargador también.

Calidad y robustez son dos términos que reflejan a la perfección el diseño de la ROG Ally, además de una excelente configuración de sus botones y sticks que hacen que nos sea muy familiar en el uso.

En lo que a rendimiento se refiere, es simplemente alucinante que se haya logrado ofrecer esta potencia en un tamaño tan compacto. Si miramos solo unos años atrás es sorprendente ver como hemos llegado a alcanzar este tipo de dispositivos, que nos ponen en la palma de la mano potencia como para mover juegos que hasta hace poco incluso un PC medio le costaba mover.

No solo estamos ante una consola portátil a la altura del gamer más exigente, sino que como extra tenemos un PC con Windows 11 con el que poder trabajar si hace falta.

El punto más débil es el esperado y es que no no ha sido una sorpresa ver que tanta potencia drena la batería, por lo que la autonomía sigue la misma línea que otros dispositivos similares. Si hay un punto con margen de mejora, sin duda es este. Aunque también es cierto que es el que más complicado veo de mejorar sin penalizar peso y tamaño.

La ASUS ROG Ally es una locura y un vicio que hace que nos sea difícil no cogerla en cuanto tenemos un rato libre. Un dispositivo sorprendente en su rendimiento y que nos ha conquistado, pero que hace con margen de mejora, sobre todo en el aspecto de la autonomía. Por lo demás, si eres gamer que quiere disfrutar de sus juegos en cualquier lugar, la ASUS ROG Ally es una apuesta segura.

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