Como se suele decir, «El que golpea primero, golpea dos veces». En este frase se puede definir lo que le ha pasado a Samsung con el mercado de los smartphones plegables, ya que si bien a decir verdad no fueron los primeros en lanzar un smartphone plegable, si fueron los primeros que lo hicieron apostando fuerte por ellos.
La familia Samsung Galaxy Z ha recibido recientemente dos nuevos dispositivos, siendo uno de ellos el Flip5 que ya analizamos y cuya seña de identidad es su formato tipo concha. El otro modelo es el Samsung Galaxy Z Fold5, terminal de tipo libro que es el primero en el que pensamos cuando hablamos de smartphones plegables, y que hoy analizamos para vosotros.
Samsung Galaxy Z Fold5, especificaciones: |
Dimensiones: Plegado: 154,9 x 67,1 x 13,4 mm
Desplegado: 154,9 x 129,9 x 6,1 mm Peso: 253 gramos Colores disponibles: Negro, crema y azul hielo |
Sistema Operativo: Android 13
Capa de personalización: One UI 5.1.1 |
-Interna: Dynamic AMOLED de 7,6 pulgadas
Resolución 2176 x 1812 píxeles Tasa de refresco variable 1 – 120 Hz Relación 21,6:18 -Exterior: Dynamic AMOLED 6,2 pulgadas Resolución: 2316 x 904 Píxeles Tasa de refresco 48 – 120 Hz Relación 23,1:9 |
Snapdragon 8 Gen 2 for Galaxy
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12 GB
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256GB / 512GB / 1 TB
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Principal de 50 MP con apertura f/1.8
Ultra gran angular de 12 MP con apertura f/2.2 y FoV de 123 grados Telefoto de 10 MP con apertura f/2.4 |
10 MP con apertura f/2.42 Interior bajo pantalla de 4MP
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4.400 mAh
Carga rápida de 25W Carga inalámbrica |
5G
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Bluetooth 5.3
WiFi 6E IPX8 Sonido AKG compatible con Dolby Atmos Sensor de huellas en el lateral Compatible con S-Pen |
1.909 € |
Un diseño depurado que mejora cada año
Desde que se lanzó la primera versión, Samsung ha ido mejorando diversos aspectos de su diseño en cada versión. Sin embargo podemos considerar que en esta quinta generación es cuando más se ha logrado alcanzar el equilibrio entre diseño y funcionalidad, con una nueva bisagra Flex de doble rail que logra un cierre sin holguras y un pantalla plegable que apenas deja rastro del pliegue central. Además lo hace dejando atrás los fantasmas de fragilidad que aún a día de hoy siguen echando para atrás a muchos usuarios. Si no quieres comprarlo será porque no te guste, por que no puedas permitírtelo o porque no quieras gastarte el dineral que vale, pero desde luego ya no nos sirve la excusa de que es un terminal frágil que se daña con el uso.
Con la competencia apretando cada día más, Samsung se ha esmerado en depurar el diseño del Galaxy Z Fold5 de forma que pueda seguir liderando las ventas en su segmento. El primer indicio de ello es una nueva bisagra que, ahora si, logra un cierre completo del terminal cuando está plegado, sin huecos entre los dos lados del dispositivo. Esto hace que sea menos grueso, pero que sobre todo logra un acabado más premium y de paso evita que se convierta en un recoge pelusas cuando lo tenemos en el bolsillo.
Samsung nos ofrece una bisagra con un recorrido suave, que permite mantener el terminal abierto en cualquier ángulo de forma que aprovechemos mejor el formato plegable, algo que viene acompañado de un software que cada vez se va adaptando más a este factor de forma.
Con un cuerpo con marco de Armor Aluminum (aluminio reforzado), el Fold5 puede presumir de un grosor de solo 6.1 mm que plegado alcanza los 13,4 mm, que a pesar de todo, en lo que a configuración de botones y puertos se refiere no hay muchas diferencias con respecto a generaciones pasadas. Así tenemos una parte superior con unas aperturas para el altavoz, lo mismo que encontramos en la parte inferior junto al puerto USB C.
En la parte de la bisagra tenemos un espacio pulido con el logo de Samsung grabado sobre él, de forma que se destaca ligeramente, sin llegar a ser cantoso pero que tampoco pasa desapercibido.
En los laterales del terminal encontramos a la izquierda la bandeja para la SIM, mientras que en la derecha encontramos el botón de control del volumen y un segundo botón más pequeño que sirve tanto como botón de encendido, como de sensor de huellas y es que en el formato plegable se sigue apostando por este formato de autentificación biométrica.
Al contrario que en el Flip5, en el Samsung Galaxy Z Fold5 no hay motivo para elevar la colocación de los botones, por lo que estos están situados a una altura que los hacen fácilmente accesibles cuando está plegado, aunque con él desplegado ya cosa cambia por el simple hecho de que requiere de dos manos para poder sujetarlo y utilizarlo.
No hay novedades en el formato plegado, manteniendo un tamaño que hace que el dispositivo parezca más estrecho y mas alto que un smartphone estándar, mientras que cuando lo desplegamos queda patente una parte del marco como separación entra las dos mitades externas.
En el interior del Fold5 tenemos una pantalla plegable, de la que hablaremos más adelante en profundidad, pero que de nuevo nos deja ante la sensación de estar más ante una tablet que ante un smartphone, con la ventaja además de que podemos usar sobre ella un S-Pen con el que ser más productivos.
Un simple cambio en la bisagra ha hecho subir muchos enteros al Samsung Galaxy Z Fold5 en mi «lista». El poder tener el teléfono plegado sin huecos entre las pantallas ha derivado en un plegable que cuando lo usamos como un smartphone normal, ahora es una experiencia mucho más placentera. Se siente más cómodo en la mano, más usable y mas agradable, lo que se refleja en una mejor experiencia.
En la misma línea se ve ahora el teléfono desplegado, ya que el hecho de abrir o cerrar el terminal es más fluido, sin requerir de un gran esfuerzo para abrirlo, pero al mismo tiempo logrando que cuando esta plegado se mantenga muy firme en esta posición. Según Samsung la bisagra no solo es más fina es su respuesta, si no que promete aguantar hasta 200.000 pliegues y su diseño incluso permite que el terminal cuenta con certificación IPX8, es decir que debería soportar sumergido a 1,5 metros en agua dulce durante un máximo de 30 minutos, aunque ojo, no es resistente al polvo.
Dos pantallas que siguen destacando
Podemos decir que en lo que a pantallas se refiere, los paneles del Samsung Galaxy Z Fold5 apenas han variado con respecto al Fold4, ya que la empresa ha dejado las principales mejoras en como la nueva bisagra logra reducir a la mínima expresión el pliegue interior.
En la parte externa tenemos una alargada pantalla de 6.2 pulgadas, con un panel Dynamic AMOLED 2X que luce un forma de 23,1:9 que le dan ese aspecto alargado ya característico. Se trata de una pantalla de gran calidad, con una resolución HD+ de 2.316 × 904 píxeles y una tasa de refresco que parte de los 48 hercios y alcanza hasta los 120 hercios. Esta pantalla se protege con la tecnología Gorilla Glass Victus 2 de Corning para evitar arañazos o posibles daños por caídas.
Lo cierto es que para la mayoría de usos del día a día esta pantalla es mas que suficiente, ofreciendo una buena calidad, con colores brillantes y un buen nivel de brillo que nos permite una buena visibilidad incluso a pleno sol. Aunque Samsung la llama pantalla secundaria, lo cierto es que esto es solo para dar más protagonismo al panel plegable, ya que en el uso diario, el llamarla secundaria no le hace justicia.
La verdadera protagonista del Galaxy Z Fold5 es su pantalla interior, un enorme panel Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex de 7,6 pulgadas que ahora luce un pliegue que en la mayoría de ocasiones pasa desapercibido, aunque si queremos buscarlo basta con inclinar ligeramente el dispositivo.
La nueva bisagra de Samsung cumple con su doble cometido: eliminar el espacio entre los lados al plegarse y minimizar el pliegue interno cuando lo desplegamos. Algo que ya iba siendo hora y es que deslizar el dedo sobre la pantalla ya no representa tener que salvar el «cráter» de los modelos precedentes.
Lejos queda ya el tiempo en que los paneles flexibles se dañaban con solo mirarlos, siendo las uñas un enemigo que las machacaba sin piedad. La cosa ha mejorado tanto que ahora podemos usar sobre ella un S-Pen Fold Edition, aunque desde luego no es recomendable ponerla a prueba, ya que sigue muy lejos de la resistencia de las pantallas estándar.
En este modelo tenemos un panel en formato 21,6:18 con una resolución QXGA+ de 2176 x 1812 píxeles, con una tasa de refresco adaptativa de hasta 120 Hz y un brillo máximo de 1.750 nits.
Sobre el papel es un panel de garantías y por norma general cumple con ello. Sin embargo sigue siendo un panel que se ensucia muy fácilmente y que le cuesta desprenderse de las huellas. Teniendo en cuenta su tamaño lo normal es que describamos grandes líneas con el dedo sobre ella, lo que conlleva una huella que afecta negativamente a la visión, sobre todo cuando hay escenas muy oscuras. Teniendo en cuenta que su panel AMOLED hace de los negros algo destacado, las huellas también lo son, para nuestra desgracia.
No puedo dejar de hablar de lo bien que se van adaptando las aplicaciones de Samsung y Google a este formato, aunque es cierto que aún queda mucho por recorrer y hay aplicaciones de grandes desarrolladores que parecen no estar por la labor de adaptar sus servicios. A esto además tenemos que sumarle el que ver películas en esta pantalla es una experiencia agridulce, ya que si bien su gran tamaño hace que podamos disfrutarlo mucho más que en un teléfono al uso, normalmente va acompañado de dos gruesas franjas en la parte superior e inferior. Aún así, su gran panel y el potente sonido que ofrecen sus dos altavoces, hacen del Fold5 una experiencia única a la hora de ver películas y series en el móvil.
Potencia sobrada digna de un terminal premium
Teniendo en cuenta que hablamos de un dispositivo que se sitúa en la cúspide del catalogo de Samsung, la compañía coreana no ha querido pecar por defecto y arriesgarse a proporcionar una mala experiencia de uso. Por ello ha dejado en manos de Qualcomm el montar un procesador capaz de manejar cualquier situación, algo que ha caído sobre los hombre del Snapdragon 8 Gen 2 for Galaxy, lo mejor que había en el mercado cuando fue lanzado y que aún podemos considerar como uno de los mejores chipset del mercado.
Apoyando a este tenemos una RAM de 12GB y opciones de almacenamiento a escoger entre los 256GB, 512 GB o 1TB para los más exigentes. El resultado es un terminal con un rendimiento impecable, capaz de mover los juegos y aplicaciones más exigente, incluidas acciones multitarea.
Uno de los grandes aciertos de Samsung es haber apostado desde el inicio por un hardware de garantías, no cometiendo el error de otras marcas que plantearon terminales más económicos, pero que tenían un rendimiento deficiente. Con los Galaxy Z sabes que pagas por un terminal premium, pero con la seguridad de que vas a llevarte un hardware capaz de responder a nuestras exigencias.
Android y OneUI, una dupla que mejora el modo flex paso a paso
Al igual que lo hicieron muy bien apostando por la potencia desde sus inicios, otro de los grandes aciertos de Samsung fue apostar por ofrecer una experiencia mejor adaptada al formato plegable que sus competidores, algo que además va mejorando paso a paso de la mano de Google, aunque muchos pedimos una evolución más notable.
EL Galaxy Z Folf5 viene con Android 13 bajo OneUI 5.1.1, contando con el llamado modo Flex, el cual permite que algunas aplicaciones puedan dividir su interfaz de forma que se amolde a los distintos formato de apertura del Fold. Además ofrece una experiencia más pulida a la hora de pasar de un formato a otro, con una mayor rapidez a la hora de que las aplicaciones se adapten de pasar a mostrarse en la pantalla externa a hacerlo en la interna. Por supuesto esto se nota sobre todo en las aplicaciones de Google y Samsung, ya que la de terceros suelen ser siempre las que no logran aprovechar las capacidades de este sistema.
De momento la IA es un elemento secundario y no ha logrado el protagonismo que se le ha dado en los Galaxy S24, aunque ya sabemos que varias de las novedades presentadas con estos, más adelante llegarán a los Fold5.
Contar con una pantalla de gran formato y que además nos permite usar el S-Pen sobre ella, convierten al Fold5 en un smartphone con las características de una tablet, siendo además notable la capacidad que tiene para manejar varias aplicaciones a la vez en la pantalla, con una experiencia que me recuerda mucho a la que Windows brinda en PC.
Batería y autonomía
El tema de la autonomía sigue siendo secundario para Samsung cuando hablamos de sus smartphones plegables, contentándose con que estos alcancen el fin del día sin grandes problemas. Seguimos manteniendo los 4.400 mAh de capacidad, con carga rápida por cable de 25W, 15W de forma inalámbrica y permitiendo una carga inversa de 5W. Cifras aceptables, pero que se quedan lejos de lo que espero en un terminal que se acerca a los 2.000 € de precio.
Con esta batería llegamos al fin del día con más soltura que en el Fold4, lo que denota no una mayor capacidad, sino un menor consumo. Se trata de un terminal que cumple con la jornada, pero al que no le podemos exigir que vaya más allá.
A la hora de hablar de la carga debemos recordar que el Samsung Galaxy Z Fold5 viene sin cargador, por lo que para aprovechar su carga de 25W deberemos tener en casa un cargador que ofrezca esta potencia. Si es así, en poco más de media hora alcanzamos el 50% de carga, llevando aproximadamente hora y media alcanzar el 100% de la misma.
Fotografía: un conjunto conservador sin grandes avances
Ya hemos mencionado en anteriores reviews que con sus plegables Samsung parece que va evolucionándolos por tramos: una vez son las pantallas, otra las cámaras, etc. En este modelo la evolución no parece haber llegado al apartado fotográfico, y es que no hay una gran evolución con respecto al modelo precedente, lo que no quiere decir que sea malo ya que estamos ante un conjunto muy satisfactorio, pero que nos hubara gustado más evolucionado.
En datos el Fold5 nos llega con el siguiente conjunto de lentes:
- Cámaras traseras:
- Principal de 50 MP con sensor de 1/1.56 pulgadas, con apertura f/1.8 y OIS
- Ultra gran angular de 12 MP con apertura f/2.2 y FoV de 123 grados EIS
- Telefoto de 10 MP con apertura f/2.4
- Cámara frontal:
- 10 MP con apertura f/2.42
- Cámara en la pantalla interna:
- Sistema bajo pantalla de 4MP
Todo este conjunto de lentes es controlado por la ya archiconocida aplicación de cámara, la cual sigue siendo de base la misma que vimos en modelos anteriores e incluso la misma que en otros formatos, aunque con la peculiaridad de que se puede adaptar al formato plegado para usa el propio móvil como trípode.
Lo cierto es que las misma impresiones que nos dejó el Fold4 se pueden aplicar a las que nos deja el Fold5 y es que apenas ha habido variación. Tenemos pues una lente principal que lleva el peso en la mayoría de las ocasiones, con una fotografías que en condiciones de buena iluminación hace una muy correcta interpretación de los colores, no tendiendo tanto a saturarlos como su predecesor, pero si manteniendo niveles muy similares de detalle y nitidez.
La lente principal hace un muy buen trabajo en las zonas de contraste, utilizando además el HDR de forma muy eficaz cuando la situación lo requiere.
Misma impresión nos deja su gran angular, aunque aquí tendiendo a apagar algunas zonas y elevando un poco la saturación. Por el contrario logra mantener a raya la distorsión que suelen padecer este tipo de lente, por lo que los resultados son muy buenos.
La lente telefoto permite un zoom óptico 3x, alcanzando los 30x de forma digital a costa de perder mucha definición y detalle, padeciendo en este caso un exceso de procesado que desaconseja usarlo. Con el zoom 3X se logra una buena ampliación de la imagen, incluso al no contar con OIS.
Al igual que nos paso con el modelo precedente, la fotografía nocturna tiende al lavado de la imagen para tratar de contener el ruido y alzar las zonas más oscuras. El resultado son fotografías con una buena interpretación de los colores, pero que pierden detalle y nitidez.
Con respecto a las lentes frontales, la cámara bajo pantalla de 4MP es solo una anécdota, siendo su presencia una cuestión mas de cifras que de necesidad. En lo que a la lente frontal externa se refiere, aquí podemos hacer uso de ella para videollamadas o selfies, pero la calidad decae mucho en comparación con las lentes traseras, por lo que mas vale aprovecha su formato y usar estas para nuestros selfies.
Galería:
Conclusiones
Esta nueva generación del plegable de Samsung ha tenido muy claro el punto a mejorar, la bisagra, descuidando una mayor evolución en apartados como la cámara y la batería. Algo que nos decepciona pero que no parece tener el mismo efecto en el consumidor final. Samsung lo ha apostado todo a una mejora del diseño y parece que la jugada le ha salido bien.
Ante el desconocimiento o desinterés del gran publico en otros modelos de smartphones plegables de tipo Fold, el Fold5 es vencedor por incomparecencia. Sus casi 2.000 € se traducen en un plegable con un rendimiento excelente, un diseño más pulido y una pantalla con un pliegue más discreto, optando por el continuismo para el resto de elementos. Puede que no parezca suficiente, pero lo cierto es que Samsung sigue siendo el campeón con el Fold5 en el mercado de los plegables de tipo libro. La duda surge cuando nos planteamos ante una duda hipotética ¿Será capaz de mantenerse cuando haya opciones más populares disponibles.