Los más maduros y maduras del lugar aún recordamos esos tiempos en los que cuando la batería de nuestro smartphone dejaba de responder, simplemente comprabas una nueva y la sustituías.
Con la llegada de los diseños unibody se comenzó a implementar nuevos diseños donde esto era casi imposible, requiriendo llevar el móvil o el dispositivo en cuestión a un servicio técnico y pasar por caja, lo que hacía que muchas veces no saliese rentable y nos viéramos obligados a comprar un nuevo dispositivo.
Si fuéramos mal pensados (que lo somos) podríamos pensar que esto es parte de la intención de las compañías para forzarnos a renovar nuestros dispositivos cada pocos años, lo que conlleva mayores beneficios para ellas, pero sobre todo un ingente volumen de desechos tecnológicos que terminan en la basura.
El regreso de las baterías reemplazables
Una vez más Europa quiere sentar un precedente en la lucha contra el desperdicio y la obsolescencia programada, y lo hace aprobando una nueva serie de medidas de obligado cumplimiento por las empresas, las cuales entre otros incluye la obligación del uso de baterías removibles y reemplazables por el usuario a partir de 2027.
El reglamento establece que para 2027 las baterías portátiles incorporadas a los aparatos deben ser removibles y reemplazables por el usuario final, dejando tiempo suficiente para que los operadores adapten el diseño de sus productos a este requisito.
Es decir que a partir de 2027 las empresas deben adaptar el diseño de los dispositivos para que estos ofrezcan la posibilidad de que los propios usuarios retiren y reemplacen las baterías de sus equipos.
Algunas empresas ya han comenzado a adoptar esta mismo forma de pensar, incluyendo marcas como HMD Global, lo que hemos visto en algunos de sus más recientes lanzamientos.
Junto con ello la Unión Europea quiere potenciar la economía circular, adoptando un reglamento que establece objetivos para que los productores recojan los residuos, recuperación del litio de las baterías usadas, establece niveles mínimos obligatorios de contenido reciclado para baterías industriales, SLI y EVB, además de marcar como objetivo en la eficiencia de reciclaje para las baterías de níquel-cadmio en un 80 % para fines de 2025 y en un 50 % para fines de 2025 con respecto a otras baterías de desecho.
Esta legislación afectará a cualquier producto vendido en la Unión Europea, por lo que las empresas foráneas que quieran vender en el mercado Europeo sus productos deberán adaptarlos antes, lo que a su vez redundará de forma indirecta, casi de seguro, en beneficios también para los usuarios de otros mercados.
Aún queda pendiente la firma y publicación para su entrada en vigor, un proceso que una vez finalizado dará el carácter de vigente a esta nueva disposición.