La llegada de las nuevas consolas ha traído consigo el lanzamiento de una serie de accesorios diseñados para ellas, varios de los cuales ya os hemos ido mostrando en las últimas semanas. Hoy sumamos a esa lista el nuevo Razer Wolverine V2, un mando diseñado para las Xbox Series X y Series S, aunque también funcionan con las Xbox One y Windows 10. Este mando viene con un adaptado a las exigencias de Microsoft, incluyendo el nuevo botón de captura de pantalla, pero con un diseño distintivo y diferenciador.
Durante los últimos días hemos estados disfrutando el Razer Wolverine V2 probándolo con la Xbox Series X, exprimiendo a fondo sus capacidades para poder ofreceros una review completa y poder daros nuestras opiniones sobre su uso y rendimiento. Para saber cuales son solo debes seguir leyendo.
Razer Wolverine V2, con la ergonomía por bandera
Este es uno de los primeros mandos que viene con el sello de estar certificados para Xbox y es que Razer y Microsoft guardan una buena relación que se ha traducido en que la compañía de las tres serpientes se haya convertido en un socio prioritario para los de Redmond. Con el Razer Wolverine V2 se trata de conseguir ofrecer a los usuarios una alternativa o complemento para el propio mando de Xbox, por lo que se ha trabajado en ofrecer un dispositivo que ofrece comodidad de uso, un agarre firme y rendimiento para poder competir al máximo nivel. Ahora veremos si lo han conseguido.
Como es norma vamos a comenzar con un rápido unboxing para conocer que obtenemos con la compra del mando de Razer. Nuevamente el mando nos llega en una caja de cartón donde el negro prima y aunque hay presencia del verde distintivo de Razer y Xbox, este es apenas residual. Esto es algo que indica el propio diseño del mando, el cual sigue el mismo patrón de colores.
En el frontal de la caja una imagen del mando nos muestra que hemos comprado, mientras que en la parte trasera se hace un repaso de sus prestaciones, dejando para los laterales informar de aspecto como el peso y las medidas. Dentro de esta caja tenemos una base que parece de espuma de poliuretano prensado, la cual junto con una capa del mismo material en la tapa mantienen sujeto y protegido el mando hasta que llega a nuestras manos.
En la caja encontramos el propio mando con su cable, ya que no es inalámbrico y la oportuna guía de uso. Sin mas complicaciones ni accesorios, por lo que basta sacarlo el mando, conectarlo a nuestra consola y comenzar a jugar.
Ya con el mando fuera de su caja nos encontramos con un dispositivo con un peso de 274 gramos y unas mediadas de 161.5 mm x 105.8 mm y 65 mm de alto. Todo el conjunto viene en color negro, solo roto por dos líneas de acabado verde que diferencian los agarres del cuerpo principal y que se deslizan para realizar la misma separación en la parte inferior.
Con un vistazo cenital podemos apreciar la peculiar distribución de los controles, que si bien en la mayoría de ellos se mantiene mas o menos la posición del mando de Xbox, en el caso de los botones de vista y menú, estos se han desplazado hacia la parte superior, además de girarlos ligeramente.
Esta situación requiere de un breve periodo de aprendizaje y en general no conlleva muchas complicaciones, aunque he de reconocer el que la cercanía del stick izquierdo hace que a veces al tratar de pulsar el botón de vista haya movido el stick sin querer.
Con respecto al mando original también encontramos bajo el botón de Xbox un LED que es el indicador de estado, mientras que bajo el botón de compartir tenemos otro botón que es el dedicado a la configuración de audio, gracias al cual podemos ajustar el volumen del juego y del chat de voz en conjunto los botones direccionales.
En la parte inferior tenemos un espacio con algunos datos técnicos del mando y junto a estos nos encontramos con dos conmutadores que permite regular los pulsadores LT y RT.
En la parte frontal tenemos la conexión con el cable, el cual es fijo y de acabado plástico, los habituales botones superiores RB y LB, los pulsadores RT y LT, pero también dos botones extras bajo el nombre de M1 y M2 que podemos mapear mediante software Razer Controller Setup for Xbox que deberemos instalar en nuestra consola.
Un detalle importante a tener en cuenta es que tanto los botones como la cruceta del mando usan un sistema de pulsación mecanizada de Razer, con una distancia de accionamiento de 0.65mm y capaz de soportar hasta 3 millones de pulsaciones. Esto es algo que a la hora de jugar se aprecia, aunque de ello hablaremos en el apartado de experiencia de uso.
Finalmente para terminar con el repaso al diseño del Razer Wolverine V2 decir que en la parte frontal tenemos la conexión Jack 3.5mm para poder conectar los auriculares, sin nada más que rompa el diseño.
Experiencia de uso
Bueno, ya conocemos como es el Razer Wolverine V2, pero ¿Cómo se traduce eso en la experiencia de uso? al fin y al cabo lo que queremos es ver que sensaciones nos da al usarlo y sobre todo como afecta a la hora de jugar.
Comenzaremos diciendo que el diseño ergonómico del mando de Razer adelanta la posición de las manos, algo que a simple vista apenas se nota, pero que queda patente con el simple hecho de cogerlo en las manos. Con ello se permite acceder de forma más cómoda a todos los botones, incluidos los recolocados botones de menú y vista. A pesar de ello y como ya he comentado, el stick izquierdo interfiere en el acceso a este último, algo que tal vez debería hacer que se replanteen esta colocación. Por suerte es un botón que se usa menos que el resto.
Si hay algo que destacar a la hora de hablar de la comodidad de uso sin duda es la ergonomía y textura de las asas, con un acabado de goma antideslizante rugoso que además está muy bien integrado en el diseño, no se ve como un pegote o añadido como pasa en algunos dispositivos que no consigue conjugar utilidad y diseño. En el uso esto hace que el agarre sea firme e incluso para mi, que soy bastante bruto con los mandos, me permite una sujeción estable durante horas de juego.
Este buena sensación se aplica también a los botones y cruceta, donde la compañía ha usado un sistema mecanizado que nos ofrece un claro feedback cuando los usamos, bastante mas contundente de lo que encontramos en el propio mando de Xbox y otros que hemos probado. En cuanto a los sticks, son sin duda el punto que mas fuerzo en los mandos, hasta el punto de haber tenido que cambiar varias veces los sticks de mis mandos. Del Razer Wolverine V2 me ha gustado su tacto resistente y buena respuesta, además de un anillo de buen grosor que protege la carcasa del mando en su roce con el mástil del stick. Por contra hubiera agradecido algo mas de agarre en el contorno, tal y como tiene el mando de Xbox, aunque la superficie convexa con dibujo de cruceta ha sido de ayuda para tener un buen control.
En lo que ha pulsadores se refiere la experiencia de uso es buena, aunque su acabado liso y brillante a veces me ha dado la sensación de falta de control cuando llevaba tiempo usándolo. Razer debería agregar algún tipo de trama para mejorar el control, nuevamente estaría bien que hubieran seguido los pasos del mando de Microsoft.
Un punto que sigo sin acostumbrarme es la posición de los botones M1 y M2, están ahí e imagino que algunos usuarios mas habilidosos pueden darle un uso oportuno, pero en mi caso al final apenas los he usado. Su posición no es muy cómoda e incluso habiendo adelantado la posición de las manos me siguen quedando en un lugar demasiado alejado para usarlos fácilmente, se agradece tenerlos pero esta claro que no son para mí.
Software
Razer se preocupa mucho de brindar a los usuarios la oportunidad de personalizar sus dispositivos de forma que les puedan sacar el mejor rendimiento. Para PC tenemos Synapse, pero cuando hablamos de consola tenemos distintas aplicaciones dependiendo del dispositivo. En este caso tenemos que descargar Razer Controller Setup for Xbox, la cual nos permite mapear los botones, pero también configurar la sensibilidad de los sticks para ajustarlos a nuestra forma de jugar y el nivel de vibración del mando en respuesta a las acciones de los juegos.
Galería
Conclusión y opinión
Razer ha mejorado de forma mas que sustancial en el diseño de sus mandos, sin duda el Wolverine V2 es de los mandos más cómodos para jugar, su peso y tamaño ayudan, pero es el diseño lo que hace que nos sea tan cómodo. El Wolverine Ultimate nos gustó en este aspecto, pero ni por asomo se acerco a lo que tenemos con este modelo. Dicho esto hay puntos que se podrían pulir como la colocación del botón de vista y el acabado de los gatillos, pero por contra tenemos un agarre firme con un tacto muy agradable que no podemos dejar de elogiar.
En la experiencia de uso se trata de un mando pensado para un usuario que pase mucho tiempo jugando, que no le importe depender del cable, que busque comodidad y un buen rendimiento. No se puede considerar un mando para «profesionales» ni el sucesor de Wolverine Ultimate al carecer de palancas, pero si un buen accesorio para el que busque un mando suplementario para su consola y que pueda usarlo también con su PC Windows 10. Eso sí, su precio de 119.99€ no le sitúan al alcance de todos los bolsillos.