Cuando pensamos en un smartphone con una cámara premium, de esas que siempre consiguen resultados sobresalientes, lo primero que se nos viene a la cabeza es que no va a salir nada barato. Google ha querido romper con esa leyenda y ha optado por ofrecer una versión económica del Google Pixel 3. Hasta tal punto es así que ni siquiera se ha complicado la cabeza con un nuevo diseño ni nombre. Nacieron así los nuevos Google Pixel 3a y 3a XL, unos terminales de los cuales ya hemos podido probar a fondo el primero, y del que hoy os traemos nuestro análisis.

Mismo diseño, pero con ligeras diferencias

Mi teléfono diario es un Google Pixel 3 XL, por lo que cuando cayó en mis manos el Pixel 3a su diseño me resultó más que familiar. En esencia se trata del mismo diseño, pero con una reducción de tamaño, el cambio del cristal en la trasera pasando a usarse plástico y un retorno de las franjas superior e inferior en la parte frontal.

Todo los cambios mencionados se han pensado para reducir el precio, pero sin que apenas se note estéticamente. Sin embargo también cuenta con una importante novedad, la cual para muchos será un plus. El Google Pixel 3a cuenta con un puerto jack 3.5mm, algo que no tenemos en el tope de gama y que seguro será muy recibido por la mayoría de usuarios.

Entrando en detalles y comenzando por la parte trasera, tenemos un diseño negro, mate en la parte inferior y brillante en la parte superior. En la parte inferior tenemos el logo de Google y un sensor de huellas bien centrado y que ofrece un gran rendimiento y rapidez. Subiendo hasta la zona superior encontramos una cámara de 12,2 MP con sistema Dual Pixel, estabilización óptica y electrónica y una apertura f/1.8. Acompañando a esta lenta tenemos un flash LED a su derecha. Como vemos Google sigue apostándolo todo al software, un sistema que ya asombró en su día y que lo hará igual en este modelo y es que la cámara del Google Pixel 3a es la misma que encontramos en el Google Pixel 3.

Pasando a los contornos nos encontramos en la parte superior con el puerto jack 3.5 para auriculares y un pequeño micro. En la parte derecha tenemos el botón de encendido/apagado y el control de volumen. Al tener la versión en negro todos estos botones son negros, aunque de distinto tono. En la versión en blanco el botón de encendido es de color naranja.

A la izquierda encontraremos unas lineas limpias, a excepción de la bandeja para la tarjeta nano SIM. Y finalizamos con la parte inferior, donde se han movido los altavoces, dos en este caso, que flanquean el puerto de carga USB tipo C.

Con ello tenemos el repaso, a falta del frontal, del cuerpo del Google Pixel 3a, que en medidas se traduce en 151,3 mm de largo por 70,1 mm de ancho y  8,2 mm de grosor, todo ello en un comedido peso de 147 gramos.

Una pantalla de formato clásico

Cuando Google presentó el Pixel 3 XL lo hizo con una enorme ceja, la cual despertó muchas notas negativas. Esto parece haber afectado a como se han planteado el diseño de sus siguientes dispositivos. Los rumores apuntan a que el Pixel 4 vendrá con una diseño clásico con ceja y barbilla, vamos con marcos superior e inferior. Sin embargo esto parece que ya se se había anticipado en los Pixel 3a, ya que tanto el modelo normal como el Pixel 3a XL cuentan con unos notorios marcos en esas áreas.

La pantalla OLED de 5,6 pulgadas con resolución FHD+ de 2220 x 1080p OLED a ofrece una densidad de 441 ppp en formato 18.5:9. Nada de cejas ni gotas de agua, en su lugar encontramos una franja superior de un tamaño considerable. En ella se aloja su cámara selfie autofocus de 8 MP, apertura ƒ/2,0 y con 84° de campo de visión. A su lado un altavoz de buen tamaño se sitúa en el centro. En la parte inferior es peor, ya que en esta zona no hay nada, solo una franja negra, reminiscencia de otros tiempos. No puedo dejar de tener la sensación de que es un diseño desfasado, que le quita «frescura» a un terminal que no se merece este diseño en una zona tan visible como es el frontal.

Sin embargo en cuando a calidad de imagen, pues no tenemos nada de lo que quejarnos. Unos negros realmente profundos, colores vivos y una excelente respuesta, incluso en ángulos pronunciados, nos permiten decir que sin duda tendremos una experiencia solida y plenamente satisfactoria en el uso de la pantalla del Pixel 3a. Ademas he de decir que al igual que en su hermano mayor el brillo automático funciona realmente bien, permitiendo que incluso a plena luz se vea con claridad lo que hay en la pantalla.

Puede que el diseño de su pantalla no sea el mejor hoy en día, pero si hablamos de calidad en su rango de precios, aquí la gran G lo ha puesto a un gran nivel.

Android 9.0 Pie, pura y llanamente

Algo que Google sabe hacer muy bien es sus dispositivos es sacar el máximo rendimiento a su sistema operativo. El Pixel 3a viene con un procesador Qualcomm Snapdragon 670 a 2.0 GHz y con una RAM de 4 GB, prestaciones que no están mal, pero que son exprimidas al máximo por el terminal.

En este aspecto decir que viene con Android 9 y libre de apps superfluas. Su rendimiento es muy bueno, aunque no llega a la fluidez que experimento con el Pixel 3 XL El día a día lo salva con solvencia y solo cuando le pedimos un uso intensivo notamos que se ralentiza ligeramente en su respuesta. Aún así si lo comparamos con la gama con la que compite, muy pocos son los modelos que puede presumir de ofrecer mejores resultados.

Donde si se aprecia cierto retraso en el procesado de las fotografías. Esto no es algo extraño ya que tengamos en cuenta que el Pixel 3a fuerza la maquina y sus fotografías tienen mas que agradecer al software antes que a la óptica misma.

Por otro lado es un disfrute poder contar con un sistema impoluto, que nos deje a nosotros decirnos decidir que queremos instalar o no. Esto no quita que tengamos un buen número de opciones de personalización, incluyendo como queremos los colores, realizar acciones con gestos del teléfono, apretar sus costados para activar Google Assistant, etc.

Ademas tenemos el plus de su batería adaptable, que permite optimizar su consumo en función del uso que le damos, y la función de Bienestar digital, con la que podemos conocer y controlar en que forma usamos nuestro smartphone.

Finalmente hablar de su almacenamiento, 64 GB de capacidad que no ofrece alternativas, algo que no esta mal pero si nos hubiera gustado poder contar con una opción de 128GB o almacenamiento microSD, ya que con una cámara así el espacio se te va grabando vídeos y sacando fotografías. También en la batería han estado algo conservadores, optando por 3.000 mAh, que sin embargo han sido muy bien aprovechados y no tendremos dificultad en llegar cómodamente al fin del día.

Una cámara premium en la gama media

Llegamos a la razón de ser del Pixel 3a, al motivo por el cual me he planteado si realmente merece pagar por un Pixel 3 XL si este modelo nos da la misma cámara a un precio muy inferior. Google sigue dejando mal a otros fabricantes que necesitan de varias lentes, incluyendo ópticas de 48MP y que sin embargo no alcanzan a ofrecernos lo que tenemos con los humildes 12 MP del Google Pixel 3a.

No busques una cámara mejor en este rango de precios, ya que no la vas a encontrar. Los 399€ del Pîxel 3a merecen la pena solo por lo que su cámara te ofrece, es tener las capacidades de un terminal premium a la mitad de su precio.

El sensor Sony IMX363 de 12,2 megapíxeles cuenta apertura f/1.8 y es capaz de sacar una fotografías con una calidad de colores y de detalle a la altura de lo mejor del mercado. Los contrastes de luz y zonas oscuras quedan perfectamente delimitados, sin que por ello dejes de poder percibir la información que ambos espacios nos ofrecen, mas aún con HDR activo. En la galería que tenéis más abajo podéis ver varias fotografías tomadas con zonas muy iluminadas y otras de sombra donde veréis lo que decimos.

A pesar de que solo cuenta con una lente, es capaz de transmitir esa sensación de profundidad que tanto gusta a los más aficionados a la fotografía, aunque es posible que sea el único punto donde no destaque.

Por otro lado su modo «Visión Nocturna» os va a permitir sacar pecho ante vuestros amigos, ya que es sin duda la mejor en esta gama, tanto en detalle como en calidad, siendo capaz de reflejar escenas que incluso a simple vista no se aprecia de forma tan detallada.

El merito de estos resultados deben achacarse a su aplicación, la cual tiene la capacidad de exprimir a fondo sus escasas ópticas. Ademas de una variedad de modos, incluyendo la «Zona de recreación» donde jugar con imágenes en realidad aumentada o el TimeLapse nativo, nos permite grabar en calidad 4K a 30 fps.

La cámara delantera, con sus 8MP sigue siendo un claro exponente de lo que la app da de sí, aunque logicamente baja un escalón con respecto a los resultados de su trasera. Sin embargo al no depender tanto del hardware como del procesado, logra unos resultados muy por encima de lo que veras en la competencia, incluyendo el modo nocturno

Galería fotográfica del Pixel 3a

Conclusiones

De base se puede decir que Google ha querido ofrecer la cámara de los Pixel 3 y 3 XL a un precio más competitivo. Lo ha hecho ahorrando en materiales, eliminando cosas como la carga inalámbrica o la resistencia al agua, y bajando un (o dos) peldaño su procesador. Sin embargo ha logrado mantener un comportamiento mas que digno y un aspecto que nos recuerda a la gama premium.

No podemos dejar pasar que el diseño frontal nos resulta demasiado clásico, la parte estética sigue siendo un aspecto a mejorar por los creativos de Google. Del mismo tampoco vamos a dejar de aplaudir la acertada elección del retorno del puerto jack 3.5mm, un acierto en esta gama.

En lineas generales solo puedo aplaudir el rendimiento que ha dado el terminal y ponerme de pie para hablar del resultado de la cámara, mas que nada por sus pobres cifras sobre el papel en comparación con los resultados.

Si lo que buscas en cámara y rendimiento a un precio inferior a 400€, no vas a tener que comerte mucho la cabeza, el Pixel 3a es tu dispositivo.