Hace solo unas horas el presidente de Estados Unidos, dentro de su programa MAGA, decidía imponer una serie de aranceles a multitud de países, generando una profunda incertidumbre y el desplome de las bolsas de medio planeta. Esto no solo ha afectado a grandes empresas y los estados, sino que han comenzado a golpear a los consumidores, incluyendo por supuesto a los propios consumidores norteamericanos y en el caso que nos ocupa, al público gamer en particular.
En un comunicado a Polygon, Nintendo ha anunciado el aplazamiento de las reservas de la Nintendo Switch 2 en Estados Unidos, relacionando esta medida directamente con los aranceles impuestos por Trump.
«Las reservas de Nintendo Switch 2 en EE. UU. no comenzarán el 9 de abril de 2025 para evaluar el posible impacto de los aranceles y la evolución del mercado. Nintendo actualizará la fecha más adelante. La fecha de lanzamiento, el 5 de junio de 2025, no ha cambiado”
Esta noticia golpea de lleno a una comunidad gamer que ahora ve con preocupación como la esperada consola de Nintendo podría retrasar su llegada al país, o quien sabe, hacerlo a un precio muy superior. De momento la compañía no ha mencionado ninguno de estos dos supuestos, pero si que está claro que todo ello dependerá de la evolución del momento y del impacto que los aranceles impuestos por la Casa Blanca tengan en el mercado.
Un panorama incierto que pinta mal para los consumidores

En el momento de escribir estas líneas, esto solo se aplica para el mercado estadounidense, mientras que el resto de mercados mantienen sus fechas de reserva. En España, por ejemplo,, podremos reservar la consola desde el 8 de Abril, con fecha de lanzamiento para el 5 de Junio.
Hay que tener en cuenta que los aranceles recíprocos, como los ha denominado la administración Trump, gravan con un 24% los productos importados de Japón y con un 46% los productos desde Vietnam, países donde Nintendo tiene buena parte de la construcción de su nueva consola. Por norma, estos aranceles no son asumidos por las empresas, más aún cuando son de cuantía tan elevada, por lo que es de esperar que este sobrecoste de traslade a los consumidores finales. Hasta ahora tanto Nintendo como otras empresas han decidido mantener una postura de espera, pero que duda cabe que el impacto en el bolsillo de los consumidores sin duda llegará, pudiendo afectar gravemente no solo a la economía familiar, sino sobre todo a las ventas de las empresas que verán multiplicarse el precio de sus productos.
Desde luego ahora mismo lo que reina es la incertidumbre, por lo que habrá que esperar a ver como se desarrollan los acontecimientos.