El regreso de Nokia levantó muchas expectativas e incluso logró llevarse toda la atención de los medios con lanzamientos que aunaban modernidad y nostalgia. A pesar de ello no consiguió repetir logros como el que en el pasado vimos con los Lumia 1020 o el Nokia 808 Pureview, terminales que marcaron un antes y un después en el mundo de la fotografía móvil. Teléfonos como el Nokia 9 y sus cinco cámaras nos bajaron de las nubes, confirmando que la marca está muy lejos de gigantes como Samsung o Huawei. Ahora a esto se le une la marcha de Juho Sarvikas, el CPO de Nokia, que tras quince años abandona la compañía.

Cuando HMD Global revivió Nokia como marca de smartphones tras su desastroso paso por las manos de Microsoft, se decidió recuperar a parte del personal que ya habían formado parte de la marca finlandesa en su época de esplendor. Juho Sarvikas se convirtió en la cara de la compañía, el encargado de hacer llegar al gran público sus nuevas apuestas y de ponerle rostro a la marca. Ahora este decide emprender otro camino levantando dudas sobre la compañía.

Durante años se ha esperado que Nokia lance un verdadero buque insignia, un dispositivo que vuelva a posicionarles a la altura de lo mejor de la competencia, pero que a día de hoy no ha llegado ni dado señales de hacerlo. Tenemos buenos gamas medias, terminales con buen rendimiento y diseño, pero que compiten con un amplio espectro de terminales con prestaciones similares y un mejor posicionamiento en el mercado. El 8 de Abril la marca ha anunciado un nuevo evento en el que se esperan se lancen nuevos gamas medias y bajas, mercado donde parece que se ha centrado Nokia. Veremos si hay alguna sorpresa que pueda volver a ilusionarnos, aunque de inicio no parece probable.