Si hay algo que Donald Trump ha dejado claro es que piensa dejar marca hasta el último minuto de su mandato, incluso con la amenaza de un nuevo «impeachment» sobre su cabeza. A pesar de tener pocos días por delante de administración no han dudado en incluir nueve nuevas empresas chinas en la lista negra de Estados Unidos, proceso que puede complicar mucho la vida a estas. Entre esas empresas sorprende ver a Xiaomi, quienes hasta ahora parecían no haber despertado los recelos de las autoridades norteamericanas.
Tras conocer esta información hemos contactado con la propia Xiaomi para saber su opinión al respecto y cuales son sus intenciones a futuro. Fuentes de la compañía nos han confirmado que Xiaomi ya está valorando el alcance de esta medida y como responder a ella, reiterando que siempre han cumplido con la ley y reglamentos vigentes.
La Compañía ha cumplido con la ley y ha operado de conformidad con las leyes y reglamentos pertinentes de las jurisdicciones en las que realiza sus negocios. La Compañía reitera que ofrece productos y servicios para uso civil y comercial. La Compañía confirma que no es propiedad, no está controlada ni afiliada al ejército chino y no es una “Compañía Militar Comunista China” definida bajo la NDAA. La Compañía tomará el curso de acciones apropiado para proteger los intereses de la Compañía y sus accionistas.
La Compañía está revisando las posibles consecuencias de esto para tener una comprensión más completa de su impacto en el Grupo. La Compañía hará más anuncios cuando sea apropiado.
Ante esto debemos aclarar que la inclusión de la empresa no implica que las medidas adoptadas contra Huawei se puedan extrapolar a Xiaomi. Habrá que esperar para ver hasta que punto les afectan, algo que sin duda se verá muy afectado por el cercano cambio de administración. Joe Biden está a días de sentarse en el despacho oval, por lo que todo podría adoptar un nuevo rumbo cuando esto suceda. De momento solo nos queda esperar y ver como se desarrollan los acontecimientos. No debemos olvidar que si bien las medidas adoptadas contra las empresas chinas les han supuesto un fuerte varapalo, muchas empresas norteamericanas también se han visto afectadas dada su profunda dependencia de los productos y servicios chinos.