Tremendo es el lío se ha montado con el arresto de Meng Wanzhou, la CFO de Huawei en Canadá. No solo por la propia repercusión del arresto de la hija del fundador de una empresa tan significativa como la china, si no por que ha logrado sacar a relucir el creciente temor de los gobiernos occidentales a las empresas del gigante asiático.
China reaccionó de forma airada a esta detención, llamando a consultas a los embajadores de Canadá y Estados Unidos para expresar su malestar y pedir explicaciones. Incluso se cree que la reciente detención en China de Michael Kovrig, un exdiplomático canadiense, sería una forma de respuesta por parte de las autoridades de Pekin a la detención de Meng.
Ahora se ha rebajado un poco (solo un poco) la tensión, ya que un tribunal ha decidido dejar en libertad a la CFO de Huawei, aunque lo ha hecho bajo fianza de 10 millones de dólares canadienses y una serie de condiciones como la retirada de su pasaporte y la colocación de un dispositivo de localización.
Esta medida no frena el avance de la petición de extradición de Estados Unidos, país que la acusa de fraude y donde podría ser condenada a 30 años de prisión. La primera vista para este caso se ha fijado para el 6 de Febrero, pero al menos ahora la ejecutiva china ya podrá esperar en alguna de sus residencias en el país a la resolución, algo que por otro lado podría prolongarse bastante en el tiempo.