LG G4

Hay veces en que es recomendable rectificar a tiempo antes que tratar de ignorar un problema con la esperanza de que «ya pasará». Un ejemplo claro y de alabar lo tenemos en Samsung con su desastroso Galaxy Note 7, a pesar de las perdidas la compañía decidió retirarlos del mercado y asumir su culpa. Sin embargo esto no es algo generalizado y ejemplo de los problemas que puede acarrear lo tenemos en la noticia que os traemos, y es que LG ha sido demandada por los constantes reinicios de sus terminales G4 y V10.

Vamos a ponernos en antecedentes. Tras el lanzamiento de los LG G4 y LG V10, los compradores de estos terminales vieron con pesar como los reinicios eran constantes, hasta el punto de que en la práctica suponía una imposibilidad de hacer un uso normal de los mismos. LG llegó a reconocer el problema y finalmente se supo que se debía a un problema de fabricación en la soldadura de ciertos componentes de la placa base.

El problema de no saber rectificar

La compañía llegó a sustituir los terminales afectados, pero algunos usuarios vieron como hasta en dos ocasiones esta sustitución venía con los mismos problemas. De ahí LG no supo reaccionar y no ofreció otras soluciones. Finalmente los usuarios han llevado el asunto a los tribunales presentando una demanda conjunta contra LG, que puedes ver en este PDF cortesía de Arstechnica, en la que se les acusa de incumplir las leyes de garantía de Estados Unidos.

En este demanda de les reclama el pago por daño y perjuicios, además del pago de las costas del juicio y de los honorarios de los abogados. En ella se afirma que la compañía no dio una solución correcta a las reclamaciones de los consumidores, e incluso siguió vendiendo los terminales aun conocedores del problema de los mismos.

Por parte de LG no ha habido aún una declaración al respecto por lo que no sabemos que papel va a adoptar.

Sobre El Autor
Pedro A.
Editor Jefe, enamorado de mi familia y de la tecnología en cualquiera de sus formas, aficionado a la Sci-Fi y a mirar al cielo nocturno. Tratando de vivir la vida sin remordimientos.